PROGRAMA #234: Ecuador resiste y construye

Asomarnos a los días críticos que viven las personas que habitan Ecuador es no solamente una suerte de obligación que intenta ayudar a desenmascarar al Estado represor y asesino que comanda el presidente Guillermo Lasso, sino fundamentalmente tratar de comprender el escenario político que por impulso de las organizaciones indígenas tiene al país alzado desde hace más de 15 días.

Y aunque las fronteras, los himnos, las banderas y la composición étnica de cada país marcan matices y diferencias, de pronto encontramos que la lucha valiente y constante que se despliega en Ecuador habla la misma lengua de peleas que se suceden –con distinta escala- en otras regiones del continente.

Y si bien en la primera plana del paro y los cortes de rutas aparece el precio de los combustibles que condena a una miseria aún mayor a las poblaciones indígenas y campesinas que laboran la tierra, al dialogar con compas del Colectivo Desde El Margen hallamos más hondas razones que explican la revuelta y la organización.

El decisivo rechazo de las comunidades implicadas y de habitantes de otras regiones del país a las exploraciones y proyectos extractivistas ocupa un lugar central en la agenda popular, en la disputa abierta entre el modelo de saqueo propio del sistema y esa otra vida que late, nutre y se esparce entre las gentes.

Por fuera de eufemismos oficiales que allá o aquí refieren a supuestos planes de desarrollo y progreso, hay una decisión tejida abajo y a la izquierda de defender la intensa y diversa vida que puebla nuestras geografías como un modo íntegro y cabal de asumir la propia existencia.

Semejante pelea y la magnitud de la represión estatal conforman un mismo mapa de situación que da cuenta de dos maneras radicalmente opuestas e incompatibles de habitar, de ser y estar, de proyectarse.

Como gesto de apoyo a esas poblaciones marginadas, resistentes y encendidas pero fundamentalmente entendiendo que padecemos los mismos males emanados de la democracia capitalista y quienes la encarnan y sostienen, en Después de la Deriva saludamos el nuevo despertar que emerge en Ecuador frente a un problema que nos golpea por igual y para el que debemos construir una respuesta igualitaria, global y emancipadora.

PROGRAMA #233: 20 junios de impunidad y ausencias

Los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, de cuya factura e impunidad se cumplirán dos décadas el próximo domingo, aparecen como una postal de época cuyos efectos llegan hasta nuestros días.

Ambos jóvenes y consecuentes militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados eran parte de la irrupción política de un nuevo actor social piquetero que minó el final del gobierno de Carlos Menem y tuvo protagonismo en la rebelión que alcanzó su clímax en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Sin querer romantizar las figuras de las víctimas ultimadas en el marco de una cacería represiva de la que aún nadie se hace cargo, aquellos muchachos integraban colectivos de personas marginadas por la lógica del capitalismo que forjaron un nuevo tiempo, el de la política hecha cuerpo a cuerpo, con más importancia en las bases que en los dirigentes.

Aquella matanza ordenada y perpetrada desde el Estado pero que aún espera por la responsabilidad de los funcionarios de turno, parece haber surtido efecto en la disputa por ver quién y cómo ganaba las calles.

Y aunque las hordas de seres desplazados viviendo en condiciones miserables sigue aumentando y regularmente muchos de ellos cortan arterias y reclaman, aquel horizonte que disputaba la comida y el plan pero también el sentido, se ha difuminado entre voceros papales y una práctica clientelar más parecida a la del sistema de partidos que a la alumbrada en asambleas y horizontalidades.

Esta noche junto al cineasta Patricio Escobar quien en las tradicionales vigilias de los 26 de junio en la Estación Darío y Maxi para exigir justicia y el fin de la impunidad estrenará un cortometraje que funciona como avance de “La crisis causó 2 nuevas muertes-Segunda Parte”, trataremos de pensar en torno a este devenir y gracias a su valiente investigación buscaremos perfilar más claramente quiénes fueron los titiriteros detrás del doble crimen.

En nombre de esas rebeldías que portan nombres y rostros que alumbran el camino y también de las rabias que nos permiten distinguir a los personeros de la miseria y la violencia, en Después de la Deriva saludamos la memoria de los compañeros caídos sin dejar de dar batalla por el mundo de iguales que tenemos que forjar.

PROGRAMA #232 En guerra contra la disctadura minera

Un nuevo arrebato represivo contra quienes sostienen una lucha constante, ejemplar y consecuente contra la megaminería en Catamarca, pretendió quedar disimulado entre mensajes en off, citas spinetteanas, mohínes de emperadora, pedidos de renuncia, distintos personajes para los mismos roles y fines e intrigas de palacio.

Pero dos compañeros de la Asamblea El Algarrobo quedaron enredados en una sumatoria de denuncias del poder y fueron detenidos, ante el silencio cómplice de los partidos del sistema, de una lógica de no mirar para lugares que incomoden, del poder mediático que no reconoció grieta a la hora de invisibilizar las luchas que de verdad cuentan porque refieren a la profundo y esencial que sucede.

Las detenciones de Aldo Flores y Enzo Brizuela, quienes gracias a la lucha de la comunidad recuperaron su libertad, son la expresión cabal de un entramado perverso donde la política de arriba, sus funcionarios y su elenco de especialistas, pretenden ahogar un camino de resistencia y construcción que Andalgalá viene trajinando hace más de dos décadas como modo de oponerse al saqueo.

Se trata sin más de otro dispositivo estatal que bajo los eufemismos del desarrollo y el progreso se traduce en una dictadura minera, en una declaración de guerra que viene a golpear la aparente calma acerca de que esas cosas suceden lejos de aquí.

Muy cerca, en cambio, en el bar de La Tribu, una publicación está presentando una nueva entrega de su revista que con imágenes sobre la invasión rusa a Ucrania se pregunta ¿Qué hacemos con las guerras del presente?

En Después de la Deriva asumimos sin eufemismos que la del extractivismo es una guerra desatada contra los territorios y contra quienes vivimos en ellos y su despliegue bélico por minería, fracking, agrotóxicos o monocultivo, incluye la negación de la tragedia, el discurso ambiguo, la cuestión socioambiental como mera jardinería.

Viaje este programa como testimonio concreto de acompañamiento a las personas que –como las valerosas integrantes de la asamblea El Algarrobo- libran  esas batallas diarias contra el capitalismo voraz y sus personeros de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y como una toma de posición que invita a generar otros modos de organizarnos y vivir contra la democracia tutelada.

PROGRAMA #231 Litio, una falsa panacea

La explotación del Litio suele ser presentada por muchos sectores como una panacea. Para que eso sea posible suelen darse muchos desplazamientos entre verdades a medias y ocultamientos.

La primera es pensar a la crisis climática básicamente como una crisis energética y en particular una crisis energética del primer mundo. La segunda suele ser señalada como una crisis climática con efectos homogéneos, tanto entre clases sociales, entre sectores y comunidades como entre continentes. La tercera es asumir que la crisis climática tiene un efecto solamente global, a través de la explicación de los gases de efecto invarnadero y limitar a eso, y no considerar nunca los efectos tanto regionales como locales.

La cuarta, fundamental a la luz de todo lo que esta sucediendo es no distinguir entre lo publico y lo privado. Entre cuales son las políticas estatales y cuales las empresariales, entre los nortes vinculados a recuperar el cuidado de las comunidades y la naturaleza y aquellos simplemente dirigidos a la acumulación del capital. Y la quinta es la disposición explicita a ofrecer territorios y cuerpos a cualquier costo. Por supuesto que las resistencias sociales no son menores, todas las explotaciones de litio han visto multiplicarse comunidades que de diferentes maneras dicen no, claro que estas comunidades suelen ser deslegitimadas bajo cantos abstractos y promesas de trababajo a sectores sociales que estas siempre expuestos a la urgencia y cuando no son directamente reprimidas.

En este nuevo programa de Después de la Deriva abordamos la problemática con voces de ambos lados de la cordillera. Comunidades y voces que reclaman su sitio, que se organizan y se oponen a ser una vez mas las formas precisas de sacrificio. Formas precisas de sacrificio a comunidades y naturalezas que buscan garantizar en el fondo que todo siga igual.

PROGRAMA #230 El progreso como declaración de guerra

De la Puna a Chiapas, las mujeres vuelven a tomar la acción y la palabra para mostrar los alcances, las limitaciones, las amenazas y los logros que se ciernen sobre la autonomía como modelo político, productivo y vital.

Lejos de cualquier formulación mágica, que para eso están los publicistas y voceros de la democracia capitalista, este par de viajes que ambientan la edición 230 de “Después de la Deriva” nos permiten conocer modos de organización que se despliegan ya sea para sostener una gesta política referente como la que el zapatismo sostiene en el sureste mexicano como los entramados que se sostienen encuentro a encuentro y de una en una en el complejo espacio geográfico del norte jujeño.

La experiencia de juntarse a crear y producir de la Red Puna y la manera en que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y sus diversas bases de apoyo multiplican la experiencia autonómica a la vez que resiste los embates gubernamentales y para-estatales en sus territorios, son caras de una misma moneda.

Una señal de los tiempos donde el colonialismo patriarcal no deja de afilar sus colmillos y donde el extractivismo como práctica extendida llega a imponer sus condiciones sobre las tierras, sobre los cuerpos, sobre cada rincón tratado como lugar a someter y explotar.

Gracias a Vanda Ianovsky esta vez desde la Quebrada de Humahuaca con Liliana Martínez y María Guadalupe Tolado de la Red Puna y a Claudia Torres de Red Movimiento y Corazón Zapatista y del espacio de coordinación Mujeres y la Sexta y Diana Itzu Luna quien es parte del Espacio Contra el Olvido y la Represión y de la Red de Resistencia y Rebeldía Ajmaq, logramos reconocer las potencias y las acechanzas que estas mujeres plasman en haceres e ideas con la creación como horizonte.

Avistar estas experiencias, acompañar y acoger lo que alumbra contra la lógica bestial del sistema es un aporte a todas luces insuficiente pero lo asumimos como parte de una tarea que no nos completa aunque pretende ponernos en el camino.

En ese sendero de apostar por otras formas de comunión y rebeldía donde la igualdad se ejerce, donde lo común es un hecho palpable, donde el enemigo ataca pero lo tenemos identificado y desde esa certeza logramos resistir, existir y acompañar los pequeños y grandes hitos que muestran otras posibilidades de ser.

*Nota de actualización (1 de junio de 2022). Continúan las acciones de violencia contra la comunidad zapatista de Nuevo San Gregorio; se profundizan las amenazas, cercan las tierras de la Escuela Secundaria Autónoma.

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