La explotación del Litio suele ser presentada por muchos sectores como una panacea. Para que eso sea posible suelen darse muchos desplazamientos entre verdades a medias y ocultamientos.

La primera es pensar a la crisis climática básicamente como una crisis energética y en particular una crisis energética del primer mundo. La segunda suele ser señalada como una crisis climática con efectos homogéneos, tanto entre clases sociales, entre sectores y comunidades como entre continentes. La tercera es asumir que la crisis climática tiene un efecto solamente global, a través de la explicación de los gases de efecto invarnadero y limitar a eso, y no considerar nunca los efectos tanto regionales como locales.

La cuarta, fundamental a la luz de todo lo que esta sucediendo es no distinguir entre lo publico y lo privado. Entre cuales son las políticas estatales y cuales las empresariales, entre los nortes vinculados a recuperar el cuidado de las comunidades y la naturaleza y aquellos simplemente dirigidos a la acumulación del capital. Y la quinta es la disposición explicita a ofrecer territorios y cuerpos a cualquier costo. Por supuesto que las resistencias sociales no son menores, todas las explotaciones de litio han visto multiplicarse comunidades que de diferentes maneras dicen no, claro que estas comunidades suelen ser deslegitimadas bajo cantos abstractos y promesas de trababajo a sectores sociales que estas siempre expuestos a la urgencia y cuando no son directamente reprimidas.

En este nuevo programa de Después de la Deriva abordamos la problemática con voces de ambos lados de la cordillera. Comunidades y voces que reclaman su sitio, que se organizan y se oponen a ser una vez mas las formas precisas de sacrificio. Formas precisas de sacrificio a comunidades y naturalezas que buscan garantizar en el fondo que todo siga igual.

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