Las represiones que sufrieron las comunidades de Andalgalá y Choya en Catamarca mostraron a las claras que este sistema sólo puede multiplicarse y actuar a través de la opresión de las comunidades.
De esta manera se concreta lo que se conoce como zona de sacrificio, el sacrificio de cuerpos y territorios para poder exportar algunos productos, las llamadas «comodities».
A veces es oro o plata, a veces es litio, a veces es soja pero la lógica es la misma: exportar para favorecer a algunos sectores tanto locales como internacionales y sobre todo para que ingresen los dólares necesarios para mover esta maquinaria.
Este modelo sólo se puede garantizar con cómplices locales. Cuesta hoy mucho diferenciar lo que dice y hace un funcionario de aquello que hace el CEO de una empresa. Cuesta mucho diferenciar también aquellos profesionales del Estado argentino que dicen defender lo público de aquellos otros que representan a la propia empresa.
Por supuesto que no hay sólo eso cuando alguien pisa Andalgalá en Catamarca. También hay una multiplicidad de imágenes de resistencia, una organización sistemática que está atravesando hace meses, hace años, tanto las comunidades de Andalgalá como de Choya.
En este programa tan especial de Después de la Deriva se termina aquel viaje empezado hace una semana en Tucumán abrazando a un montón de compañerxs que cotidianamente se juntan, se organizan y dicen que No a la megaminería; que hace años, todos los sábados a la tarde en la plaza central de Andalgalá, se juntan para decirle basta a este modelo y reproducir una y otra vez diferentes formas de vida.
Va este abrazo a esta localidad maravillosa en la cordillera catamarqueña; va este abrazo también a un montón de personas a lo largo y ancho de nuestro territorio que eligen caminar su propio destino.
Este 12 y 13 de mayo se dieron unas jornadas fundamentales en Tucumán para comprender gran parte de lo que están sufriendo nuestras comunidades a lo largo y algo de nuestro territorio. Convocadxs por el abrazo al Aconquija. Organizado por la Universidad Nacional de Tucumán diferentes pueblos y comunidades hablaron en primera persona tanto de los padecimientos de mega proyectos como de las resistencias. Representantes de Tucumán, Catamarca, La Rioja, Jujuy y de Salta fueron señalando los efectos que están teniendo los proyectos de mega minería, de litio o de agro negocios sobre sus territorios, sus cuerpos, sus autonomías.
Fueron así entretejiéndose de diferentes maneras distintos elementos fundamentales como la importancia de escuchar, la necesidad de repensar estrategias, la forma en como se están multiplicando las zonas de sacrificio, la necesidad de poner fin a diagnósticos de proyectos que llevan mas de tres décadas, del modo en el cual se reorganiza el poder para establecer nuevas promesas como en el caso del litio y la transición energética y también y principalmente el desafío de articular resistencias entre diferentes voces, entre diferentes escalas, entre diferentes proyectos.
Va un abrazo del colectivo Después de la Deriva a estas comunidades que cotidianamente ponen la búsqueda por el bien común y por la defensa de la salud y los territorios.
“Decir no es empezar a pensar”, frase que David Viñas fue capaz de arrojar desde las pantallas de televisión y que Martín Ulacia, uno de nuestros invitados de esta noche, utiliza como primera expresión del prólogo de su inminente libro “No fue no-crónica del Chubutazo”, nos sirve para echar a rodar la edición 227 de este espacio.
Tratando de poner un pie en la coyuntura sin abandonar ideas que, justamente, son acusadas de anidar en ramas muy otras que aquellas de la vida real y concreta, esta vez compartimos la agenda de arriba porque el gobierno lanzó la “Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad”, un nuevo artilugio por buscarle licencia social al extractivismo y frente al que organizaciones partidarias que se pintan de verde como Jóvenes por el Clima y Eco House, acudieron prestas.
Mientras se sentaban la misma mesa del poder, que comparten y sostienen, las fuerzas estatales avanzaron sobre la comunidad catamarqueña de Choya que resiste al proyecto MARA y el ejecutivo chubutense condecoró a dos protagonistas de la represión a la revuelta popular de fin de año: el comisario inspector Martín Pedraza y al comisario Javier Lefipán al cumplirse medio siglo de la infantería provincial.
A falta de voces oficiales que despreciamos porque en Después de la Deriva no le damos micrófono a funcionarias y funcionarios, esta noche y además del autor de “No fue no”, charlaremos con Fabricio Cardelli de Radio La Namunkurá quien participó en Guatemala de la Cumbre de los Pueblos Afectados por Pan American Silver, la minera canadiense que se beneficiaba con la zonificación que el pueblo de Chubut revirtió en la calles en diciembre último.
Otros testimonios como el de Ana Chayle de la Asamblea El Algarrobo los de compañeras de la comunidad cordobesa Kilampá, que nos arrima Vanda Ianovsky en viaje, exhiben el juego liberador entre la resistencia y la construcción que los pueblos venimos ejercitando en un camino de exploración de la igualdad y la liberación capaz de hacer añicos la farsa del que nos dicen es el único camino posible.
Al mismo tiempo que vamos buscando voces compañeras que alisten la trama capaz de encontrarnos, en ese andar sostenemos ideas y prácticas que nos ponen en veredas opuestas de otras personas y movimientos.
Se trata de un tránsito lógico y consecuente en el que nos hermanamos con quienes vibran en nuestra sintonía y, por el contrario, descartamos las políticas de aquellas personas que eligen fórmulas ligadas a la representación, la jerarquía y la estatalidad que, para nosotras y nosotros son los modos con los que el capitalismo patriarcal reproduce sus lógicas.
Y allí poco importa si las propuestas vienen desde la izquierda o se vociferan desde una aparente comunión amistosa que toma formas horizontales y místicas en algunos planos pero luego se estrellan entre las patas de las mesas de dirigentes o funcionarios.
En esa tensión dramática viajamos a Colombia a reencontrar a Vilma Almedra y Manuel Rozental, par de agudos y consecuentes militantes territoriales que en su página de Pueblos en Camino publicaron “El fracaso de la izquierda frente al COVID”, un incendiario texto de Toby Green y Thomas Fazi que desnuda ese agujero negro donde palabras y prácticas quedan atrapadas en la trampa del modelo.
Pero a partir de ese escrito, Manuel y Vilma además trazan las coordenadas urgentes de un ideario y una acción sobre un planeta y sus habitantes que ya no puede esperar a tiempos mejores, a transitar el mientras tanto, a resolver la correlación de fuerzas.
Y como contracara extractamos unas intervenciones recogidas en el Segundo Encuentro Nacional de la Red de Intercambio Técnico con la Economía Popular en Córdoba donde Juan Grabois y Gustavo Grobocopatel se mostraron como idéntica cara de una misma moneda.
Lejos de querer regodearnos en esta grieta entre el mundo igualitario que queremos construir y la noria clientelar de convivencia y connivencia que es lo dado, en Después de la Deriva nos afirmamos en el camino más largo y difícil, ese donde está todo por hacerse, por intentar y por inventar y que no se resigna a ese posible del que se sabe demasiado y tiene gusto a nada.
