Programa #34: 2001

De las múltiples lecturas que se han hecho de 2001, que van desde calificarlo sólo como una crisis hasta como un argentinaso, nosotros hemos visto en aquellos días un acontecimiento, y su huella, estampada en la frase Que se vayan todos, seguirá siendo un punto de referencia esencial para las políticas de emancipación.

Quizás en esas poderosas jornadas nacieron efectivamente múltiples novedades destinadas a conmover las fatigadas formas de los viejos estereotipos de política revolucionaria.

¿Cuál es nuestra mirada con la que intentamos empezar a salir de esta deriva? Una simple apuesta: pensar las condiciones actuales por fuera de un horizonte que precisamente aquél acontecimiento se empeña en subvertir.

Se hace necesaria, por lo tanto, una reflexión que apunte a ir tejiendo una nueva matriz de pensamiento, acción y organización política para una próxima etapa de las luchas emancipadoras a nivel planetario que sea capaz de poner en cuestión este dominio global del capitalismo y su (in)maculada democracia.

Las jornadas de diciembre de 2001 afirmaron en las calles que no tolerábamos más la farsa democrática y que podíamos hacer política desde un lugar diferente.

Pero los modos en los que el sistema se recompuso de aquel impacto nos empuja a interpelarnos acerca de cómo darle efectividad a la organización horizontal, asamblearia y por abajo.

En nuestro último programa de 2017 trataremos de visitar los ecos de aquella epopeya pero también algunas razones que arriesguen a explicar la distancia entre aquellos fuegos libertarios y la situación actual, y qué hacemos para reponer esos ideales activos que hoy aparecen difuminados en lógicas partidarias que, justamente, licúan su irreverente potencia de organización e inventiva.

Programa #33: Reforma laboral: una novedad conservadora

nota: por fallas técnicas, este audio termina unos instantes antes del cierre del programa.

La reforma laboral que impulsa el gobierno de Cambiemos y que negocia con las centrales sindicales se inscribe en el marco de un sistema capitalista que vence las fronteras nacionales con la fuerza líquida de la globalización. Las tecnologías contemporáneas, desde las técnicas de gobierno hasta los dispositivos informáticos y la maquinaria productiva, habilitan cada vez más la movilidad del capital. Por eso es que esta reforma (conjugada con la reforma jubilatoria e impositiva) se hace en nombre de las inversiones extranjeras.

Esta movilidad es sustancial para el capitalismo, y siempre lo fue. El nuevo marco legal es la manera de acomodarse del Estado a los tiempos que corren. Es, por lo tanto, una novedad conservadora, como tantas otras que decoran la injusticia.

Como respuesta a esta expansión, la organización obrera supo consolidar a mediados del siglo XIX un internacionalismo que puso de relieve que la única frontera es la que separa a oprimidos de opresores, en la afirmación de que los trabajadores no tenemos patria, afirmación que fue combatida con los nacionalismos corporativos del siglo XX. Sabemos quién ganó.

Estos nacionalismos, junto con la represión franca, habilitaron formas de gestión estatal que pudieran ordenar esas relaciones evitando así su abolición, contribuyendo a aplacar la resistencia en retirada. La legislación laboral argentina no es una excepción sino la forma local en la que los Estados del siglo XX han intervenido en la gestión del capitalismo.

Hoy, abastecidos con nuevas herramientas, los Estados recomponen las formas de gestión de las relaciones económicas con reformas laborales que avanzan de forma desigual y diversa suerte en las distintas regiones del mundo. En nuestro caso, un liberalismo lúcido, aggiornado y violento avanza sobre derechos que los trabajadores logramos imponer a la gestión estatal, sin haber podido ir más allá. En la violenta asimetría propia de las relaciones económicas capitalistas, los pocos espacios de protección legal que venimos teniendo los estamos perdiendo. La reforma laboral, así, se integra en el nuevo canon de la gestión estatal para la administración de un capitalismo cada vez más global, cada vez más fluido, cada vez más impune.

En nuestra penúltima deriva del 2017, decidimos poner sobre la mesa esta cuestión, intentando considerar la reforma laboral en el seno de un sistema que excede el imaginario nacionalista que supimos conseguir, y que responde a un sistema tan injusto como voraz, cuyo nombre es capitalismo.

Programa #32: Territorio: de lo geográfico a lo político

A 16 años de la revuelta acontecimiental de 2001, se nos imponen la necesidad y el deseo de desentrañar los cauces de aquella rebelión para azuzar no ya la imposible y vana repetición de lo que fue sino para ayudar a despertar de nuevo las subjetividades que salieron a tomar las calles.

Aunque, mientras tanto, la política formal ha ido delimitando los sitios en donde jugar el juego que mejor juega y que más le gusta y en el tránsito del kirchnerismo al macrismo y de otras señales de similar sentido que se aprecian en Latinoamérica ¿estamos en condiciones de avistar una etapa de fin de ciclo?

¿Qué características porta ese nuevo tiempo que ya andamos? ¿Se trata de un proceso tan lineal como describen quienes denuncian el fin de un período de ampliación de los derechos sociales a un retroceso en esas zonas?

Pero para poder avistar ese proceso sin por ello operar a partir de la agenda de los de arriba, elegimos preguntar y preguntarnos acerca de las resistencias y de las capacidades de creación política que allí anidan.

Como postales de lugares que padecieron los efectos de las políticas oficiales en ambos períodos, o en el mismo sentido con distinto nombre, se nos ocurre pensar en quienes combatieron y pelean contra los distintas vertientes de los avances extractivistas

¿Es en la defensa de esos territorios amenazados donde se trazan los contornos de otro modo de hacer y ponerle el cuerpo a las ideas del bien común y la igualdad? ¿Serán los territorios un lugar geográfico pero también político para reactualizar las huellas de diciembre de 2001?

Acerca de esas memorias recientes, del balance siempre latente y de la impostergable tensión entre los mandatos del poder y la organización popular es que ansiamos explayarnos en Después de la Deriva.

Así cumpliremos no solamente nuestra trigésima segunda medianoche en La Tribu sino también con la búsqueda de sentido por pensar, hacer y comunicar las ideas y las acciones que nos inviten a seguir navegando.