PROGRAMA #223 Apuntes sobre la audacia

 

La audacia es, según la definición de la Real Academia Española, la “capacidad para emprender acciones poco comunes sin temer las dificultades o el riesgo que implican” y aunque ya sabemos que las palabras hacen trampa, es imprescindible un marco que dé entidad a aquello que se expresa.

Desde estos micrófonos y como expresión de una voluntad colectiva que nos antecede y nos excede, procuramos que esa osadía se exprese en ideas capaces de forzar lo nuevo tomando lo mejor de herencias que abrevan ya en lo ancestral, ya en el saber, ya en lo político.

Esta manera de encarar semejante atrevimiento nunca deja de tener la forma de una apuesta porque nunca lo malo conocido es mejor que lo bueno por conocer, porque el proyecto de la emancipación y la igualdad jamás tuvo un cuerpo consistente y real y, entonces, la única salida es pensarlo, es hacerlo y siempre es tarde pero nunca nos han vencido.

En esta casa con parlantes aprendimos una forma de expresar esa inquietud a partir de una fórmula química que se expresa con el poder del slogan “sin aire no hay fuego” y en Después de la Deriva esta noche tomamos aire y soplamos porque no todo puede ser lo mismo, porque no podemos dejar que se sostenga cualquier cosa.

A metros de este estudio en un bar que puede ser tanto escenario como trinchera otros colectivos se preguntan acerca de la audacia y llaman –según su propia definición- a “romper la trampa del ‘es lo que hay’”, desde una postal con un Néstor Kirchner llorando una lágrima celeste.

Para nosotras, para nosotros, toda foto, todo emblema, todo liderazgo encarna un cepo que justamente obtura el horizonte, pero si además esa figura es la de un expresidente que llegó para institucionalizar el desmadre dosmilunero, para reponer al Estado capitalista y represor, para encarnar –en el mejor de los casos- un desarrollismo tenue que no objetó ninguno de los resortes de la dependencia, nos resultó al menos sorprendente.

Seguramente La Tribu es amplia como para albergar esa postura más masiva, dócil e instaurada y también las desmesuras que balbuceamos al querer plasmar lo que soñamos, lo que tratamos de hacer, lo que hay que parir contra viento y marea pero que le da sentido a usar estas lenguas y poner estos cuerpos con la satisfacción de estar intentando aquello que no repite las parodias del posibilismo y la dominación.

PROGRAMA #222 Norita Cortiñas: memoria y presente

Haber puesto los sentidos alertas para escuchar el testimonio de Nora Cortiñas en el contexto del rechazo al 46to. aniversario del golpe de Estado cívico-militar incluyendo al extractivismo como parte de ese nefasto legado, nos trajo premio.

Y la propia Nora, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, pero figura notable de cada lucha justa a ser librada, nos expresó sus pensamientos y sentires para construir un alegato donde la memoria dialoga con el presente, donde aquel genocidio revive en cada persona hambreada, perseguida, desaparecida, asesinada o judicializada por el mismo poder hegemónico de entonces.

En esta charla, acompañada por la economista Beverly Keene, con quien comparte el espacio Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago y la Investigación de la Deuda, apareció también esa traba macroeconómica que perversamente funciona como justificadora de políticas de ajuste pero, también y además, para propiciar el oportunismo más vil entre integrantes del mismo staff gubernamental y como impulsora del “mal menor” que supone la entrega de territorios y soberanía alimentaria para convertirnos en seres honorables por cumplir con pagos contraídos.

Esas extrañas piruetas que se aprecian en el circo partidario y representador exhiben que allí hay ausencia total de coraje e imaginación para salir del propio laberinto que construye en sus tumbos timoratos y devastadores.

Pero así como el panorama, por dónde se lo mire, es desolador, sin embargo es capaz de entregar una receta tan sencilla como difícil de poner en acto que es reunirnos a pensar y hacer otra cosa, esa que los poderosos y sus serviles amanuenses no pueden siquiera vislumbrar.

En Después de la Deriva abrimos así, una vez más, los micrófonos y las antenas para ser medio y parte de esa oleada de cualquieras que se cansó de repetir fórmulas fallidas, que ya no quiere de dejar en otras manos la cosa común que nos convoca, que sin dejar de resistir ve necesaria la construcción de ese otro mundo de iguales que nos merecemos y que ya no puede esperar más.

PROGRAMA #221: Memoria en movimiento: desde extractivismo a gatillo fácil

La voz de Nora Cortiñas durante la movilización de repudio a un nuevo aniversario del golpe cívico-militar siendo capaz de ligar aquel genocidio con las consecuencias de las políticas extractivistas de hoy, no hizo más que ratificar la consecuencia de una mujer excepcional pero, además, puso en superficie una postura incómoda pero necesaria para de verdad empezar a arrancarnos la pesada herencia de aquel criminal modelo que se extiende hasta el presente.

Nora Cortiñas, a sus jovencísimos 92 años, no solamente se reafirma como una de las Madres de Plaza de Mayo que no acomoda su discurso y su acción a la política de arriba, sino que sienta un precedente que amparado en su recorrido intachable saca a la notable lucha por la memoria, la verdad y la justicia del confortable lugar de los calendarios oficiales y la pone en diálogo con las consecuencias de esa política que ha mantenido su molde capitalista de saqueo.

Sobre esa misma huella otras voces compañeras como las de Meche Méndez, Marcos Filardi, Facundo Sinatra Soukoyan y Lucía Levis Bilsky ahondan el tremendo lazo entre el sistema instaurado por Videla, Martínez de Hoz y otros criminales de entonces con las medidas que la institucionalidad democrática fue aplicando sin respiro entre hiperinflación, represión, privatizaciones, agronegocio, gatillo fácil, megaminería, desapariciones, deuda externa y una gran dosis de posibilismo y resignación para aceptar lo que venga en medio de las crisis que multiplican el hambre y la desigualdad.

Esta noche en La Tribu aprovechamos la efeméride pasada para retomar un lazo muchas veces negado por quienes se conforman con la tranquilidad de mirar solo una porción de la tragedia, aquella que le pone fecha a la lucha por los derechos humanos para así dejar a salvo a gobernantes y funcionarios surgidos del juego democrático que el capitalismo habilita a quienes obedecen sus planes.

En Después de la Deriva seguimos trajinando una huella molesta pero tremendamente necesaria para de verdad dejar de engañarnos con los límites que nos imponen y parece aceptamos a través de nuestros representantes, esos que impiden que podamos construir el mundo de liberación y el buen vivir que nos merecemos y tenemos que conquistar sin más demoras.

Programa #220: Tras las huellas de Gustavo Esteva

La muerte de Gustavo Esteva, filósofo y activista mexicano quien aún desde antes de la creación de la Universidad de la Tierra de Oaxaca, que es una luminosa trinchera donde el saber se comparte y construye colectivamente, marcó un camino de ideas y acciones integrada a las páginas más brillantes de la emancipación latinoamericana, nos deja un legado entre las manos.

Agudo y provocador, desconfiaba tanto de la política de la representación como del discurso manso de la educación. Una posición que apenas semanas atrás resumió con simpleza expresando que “habrá que diferenciar entre conocer y saber, una cosa es el conocimiento y otra bien distinta la sabiduría” y así nomás parió otro horizonte para seguir caminando.

Autodefinido como “intelectual público desprofesionalizado”, Gustavo sembró palabras y gestos que dejaron una huella en el pensamiento para la liberación y que empalmó natural y hondamente con la irrupción zapatista que llegó para sembrar las bases de una nueva subjetividad política y vital desde su territorio libre y revolucionario en el sureste mexicano.

Esteva llegó a ese encuentro con el zapatismo tras un recorrido académico y profesional que pasó por empresas privadas y también por la esfera pública, una experiencia sobre la que señaló sin vueltas: “Si lo que me interesaba era el cambio, la posibilidad de la transformación de la gente, el Estado y el gobierno eran los lugares menos apropiados para eso. Están diseñados para controlar y dominar, no para hacer otra cosa”.

De esa manera el pensador y militante cruzó sus postulados axiomáticos con el paso lento y constante que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional fue dando en Chiapas para sacudir las nociones acerca del poder, la representación y el buen vivir, unas invenciones concretas que hallaron en Esteva a un interlocutor notable.

En ese andar, Gustavo fue un notable difusor de ese ideario y aportó su palabra escrita y hablada para acercar a más personas a ese fuego que, no sin dificultades, se sostiene y crece con la cara tapada, abajo y a la izquierda, con rabia y colectivamente.

Por eso le puso el cuerpo a cada espacio capaz de poner a rodar la buena nueva y estuvo dos veces frente a los micrófonos de “Después de la Deriva” en una actitud franca y compañera para ayudarnos a pensar en tiempos de la primera ola de la pandemia y, meses después, para alertar sobre el avance del mal gobierno mexicano de López Obrador contra los territorios y los logros zapatistas.

Esta noche en La Tribu queremos recordar al hombre generoso y brillante a la vez que aportó su vida y obra a sembrar unas nociones cargadas de un mañana que tenemos la necesaria posibilidad de honrar haciendo carne ese mundo urgente que debemos y podemos forjar entre todas y todos como expresan los zapatistas desde una sentencia radical que era la preferida de Esteva: “Nosotros solo somos hombres y mujeres ordinarios y por eso somos inconformes, rebeldes, soñadores”.

PROGRAMA #219 HAY UNA GUERRA

Hay una guerra.
La que Rusia lanza sobre Ucrania, la que los poderosos del mundo ven por las redes sin poner su pellejo en las jugadas siniestras de la geopolítica.
Hay una guerra.
Es por el agua, la vomitan los que vienen por ella para proyectos megamineros, los que la envenenan con agrotóxicos, los que la roban a fuerza de arrasar, quemar, contaminar.
Y en esta guerra, con armas o acciones, con leyes o bombardeos, con tiranías o democracias, con la tutela del FMI, con la dictadura minera, a sol y a sombra, aquí tomamos partido y celebramos la grieta que nos pone donde queremos estar.
Por eso esta noche en Después de la Deriva hablamos con Ezequiel Moreno, uno de los caminantes de la Asamblea El Algarrobo de Catamarca que desde el 23 de febrero inició una recorrida de más de 1.300 kilómetros visitando lugares donde el extractivismo ataca en visitas testimoniales y enlazadoras que llegaron hasta las sedes porteñas donde mandan los funcionarios de la justicia para entregar dos petitorios para frenar el criminal Proyecto MARA.
Y también recibimos al artista Carlos “Negro” Aguirre y a Enzo Culasso de la Multisectorial de los Humedales de Paraná que para el domingo próximo anuncia un gran Festival por el Agua en la Plaza de las Colectividades de la capital entrerriana.
Porque hay una guerra a la vieja y criminal usanza también hacemos nuestras las palabras del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que alertan sobre la necesidad de re-conocernos más allá de estados y gobiernos para dar nuestras batallas que no son las del conflicto bélico de los ejércitos y la tecnología.
El agua, los territorios y las personas que habitamos en ellos y debemos entender que andamos de paso y debemos cuidarlos y cuidarnos, son los asuntos de siempre que retomamos con rabia, con dolor, con convicción, con la certeza de que ya no podemos esperar más nada y a más nadie para construir el mundo que nos cobije y merezca, libres y conscientes.