La audacia es, según la definición de la Real Academia Española, la “capacidad para emprender acciones poco comunes sin temer las dificultades o el riesgo que implican” y aunque ya sabemos que las palabras hacen trampa, es imprescindible un marco que dé entidad a aquello que se expresa.

Desde estos micrófonos y como expresión de una voluntad colectiva que nos antecede y nos excede, procuramos que esa osadía se exprese en ideas capaces de forzar lo nuevo tomando lo mejor de herencias que abrevan ya en lo ancestral, ya en el saber, ya en lo político.

Esta manera de encarar semejante atrevimiento nunca deja de tener la forma de una apuesta porque nunca lo malo conocido es mejor que lo bueno por conocer, porque el proyecto de la emancipación y la igualdad jamás tuvo un cuerpo consistente y real y, entonces, la única salida es pensarlo, es hacerlo y siempre es tarde pero nunca nos han vencido.

En esta casa con parlantes aprendimos una forma de expresar esa inquietud a partir de una fórmula química que se expresa con el poder del slogan “sin aire no hay fuego” y en Después de la Deriva esta noche tomamos aire y soplamos porque no todo puede ser lo mismo, porque no podemos dejar que se sostenga cualquier cosa.

A metros de este estudio en un bar que puede ser tanto escenario como trinchera otros colectivos se preguntan acerca de la audacia y llaman –según su propia definición- a “romper la trampa del ‘es lo que hay’”, desde una postal con un Néstor Kirchner llorando una lágrima celeste.

Para nosotras, para nosotros, toda foto, todo emblema, todo liderazgo encarna un cepo que justamente obtura el horizonte, pero si además esa figura es la de un expresidente que llegó para institucionalizar el desmadre dosmilunero, para reponer al Estado capitalista y represor, para encarnar –en el mejor de los casos- un desarrollismo tenue que no objetó ninguno de los resortes de la dependencia, nos resultó al menos sorprendente.

Seguramente La Tribu es amplia como para albergar esa postura más masiva, dócil e instaurada y también las desmesuras que balbuceamos al querer plasmar lo que soñamos, lo que tratamos de hacer, lo que hay que parir contra viento y marea pero que le da sentido a usar estas lenguas y poner estos cuerpos con la satisfacción de estar intentando aquello que no repite las parodias del posibilismo y la dominación.

Descargar