Programa #7 – Lo común en las experiencias autónomas

Asambleas barriales, fábricas recuperadas, bachilleratos populares, huertas orgánicas, movimientos de trabajadores desocupados, corrientes sindicales antiburocráticas, centros culturales, agrupaciones estudiantiles independientes, emprendimientos autogestionados, publicaciones políticas, colectivos docentes, ollas populares, encuentros autónomos, radios comunitarias, y tantas alternativas más, son sólo algunas de las innumerables experiencias que dan nombres a la acción rebelde de nuestros días.

Con sus defectos y sus virtudes, con sus fracasos y sus conquistas, todas han decidido que el destino colectivo puede estar en nuestras manos. Han mostrado que no es imprescindible mirar al Estado para aspirar a que las cosas cambien, que no necesario someterse a la lógica vertical de los partidos políticos para poder actuar junto a otrxs, que la igualdad no es una mera declaración sino que puede verificarse en nuestras prácticas de todos los días.

Varias de estas experiencias llevan muchos años, otras son más recientes. Todas ellas se ha constituido en su diversidad, muy celosas de procurase sus propias reglas de funcionamiento y sus métodos de lucha, atentas a no recaer en viejas prácticas dogmáticas. Mantienen sus espacios activos con un enorme esfuerzo, porque constatan que es muy difícil sobrellevar la continuidad y el entusiasmo militante frente a una realidad que los bombardea a diario.

En este séptimo programa de Después de la deriva queremos reflexionar sobre estas experiencias, porque la tensión entre su voluntad emancipadora y sus limitaciones encuadra gran parte de nuestras preocupaciones. Nos preguntamos si es posible sostener estas luchas en su multiplicidad y fragmentación, o si debemos aspirar a construir algo en común que las enlace. Y si consideráramos que esto fuera deseable, ¿en qué consistiría ese lazo “común”? ¿Es posible que los logros trasciendan los ámbitos específicos de esas prácticas o están destinados sólo a sobrevivir en sus pequeños espacios de emergencia?

Estas y muchas otras preguntas animan el programa de hoy. Pensar juntos el sentido colectivo de estas alternativas rebeldes, tanto por su fuerza emancipadora como por sus complicaciones y dificultades, merece que le robemos al sueño unos cuantos minutos de esta madrugada.

Programa # 6 – Autonomía y Política II

Un mes atrás nos presentábamos ante estos mismos micrófonos mezclando afirmaciones y preguntas acerca de la autonomía y la política.

Hoy, con cinco programas sobre el éter, nos parece apropiado y necesario retomar aquel hilo.

El tiempo transcurrido como colectivo dispuesto a la aventura de ver, buscar y hacer políticas emancipativas, autónomas y en ruptura con el pasado, sigue siendo un momento fugaz.

En el camino tuvimos hallazgos, tropezamos con las mismas piedras, conectamos con experiencias compañeras y también nos equivocamos. Acá mismo y hacia adentro. En una deriva a la que no siempre domamos.

Pero aún así nos reafirmamos en la intención de largarnos a pensar la política, meternos con el sentido común, interpelar los conflictos, contar las luchas.

Somos cualquiera y nos puede escuchar cualquiera. Aquella oreja despierta a interpelar e interpelarnos acerca de la política y sus derivas que van de las bibliotecas a cada pelea, de lo personal a la organización que enciendan la mecha.

Seguimos pensando que la política es una experiencia de pensamiento, práctica y organización que se realiza contra el Estado y la lógica social imperante. Y queremos ver de qué modo aprendemos a mejor hacerla.

Creemos que hay otras lógicas y que la intervención realmente transformadora es la que antagoniza radicalmente no solo con sus programas y métodos sino con sus acciones organizadas.

No logramos domesticarnos ni comprender la pulsión de la marea, el agua amenaza nuestras bocas y las palabras se nos escurren cuando no estamos a la altura de lo que soñamos.

Y sin embargo, la medianoche es la hora de re-conocernos y atrevernos a construir ese común que nos guíe hacia “Después de la deriva”.

Programa #5 – Zapatismo

El 1 de enero de 1994 cientos de hombres y mujeres indígenas de distintos pueblos en méxico se levantaron en armas, con sus rostros cubiertos por pasamontañas para, a su decir, ser vistos. Se presentaron como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y, con el correr de los años, esta guerrilla que arrancó aparentemente como otras en Latinoamerica fue virando hacia las bases, alejándose del fuego, y tomando la palabra.

Más de 23 años después su fuerte no son las armas sino el trabajo, sus formas organizativas, sus convicciones anticapitalistas plasmadas en su hacer, aun con sus dificultades, límites y errores.

Horizontalidad, anticapitalismo; creatividad, autonomía, autogestión; burlar lo políticamente correcto y esperable, democracia directa y asamblearia, son algunas de las búsquedas hacen del zapatismo movimiento hermano, con quien asociarse en objetivos y posibilidades, aún desde la humildad de cualquier pequeño grupo disperso en algún lugar del mapa.

En los últimos meses el zapatismo, como parte del Congreso Nacional Indígena, ha sido nuevamente noticia por su anuncio de presentarse a elecciones presidenciales en México con una candidata indígena, tras un largo proceso de debate interno.

Aunque en Después de la Deriva no necesitamos que los temas estén en agenda, nos pareció un buen momento para hablar sobre este movimiento, que muchos consideran la última invención política de estas latitudes, para acercarnos a pensar ¿Qué hay en el zapatismo que trasciende su propia existencia?

¿Qué fue lo que los diferenció y diferencia de otros movimientos? ¿Cómo organizan su vida, su producción, su educación? ¿Cuál es la importancia de la construcción social, en las comunidades, de sus formas de gobierno? ¿Es posible pensar esa relación en términos de «distancia del estado»?

Y, fundamentalmente, ¿Cuáles son los problemas que ellos vislumbran para haber llegado a presentar una candidata a las próximas elecciones?

Pero, por aquí, por nuestros territorios y prácticas, también queremos interpelarnos, ¿Cómo nos está yendo en eso de mandar obedeciendo, o en eso de no destruir la naturaleza, o en el enlace de nuestras rebeldías, o en tantas propuestas afines, cuando la estrategia es esa distancia del estado?

Programa #4: El mal menor.

http://radiocut.fm/audiocut/despues-de-la-deriva-el-mal-menor/#

Las personas nos organizamos, creamos espacios de resistencia y procuramos dar pelea cada día en cada lugar, pero la democracia capitalista nos dice que no hay salida, que el capitalismo y la democracia, han llegado para quedarse hasta el fin de los tiempos y que cualquier otra salida es imposible.

Ubicar esas experiencias en el territorio particular, minúsculo o solamente testimonial nos puede empujar a la resignación y nos manda a ese oscuro rincón donde el único juego permitido es el de escoger el mal menor.

De esa gravedad queremos hablar esta noche. Y nos pareció que lo más justo era plantearla como un problema, para que provoque, tanto en la audiencia como en nosotros, la percepción de que los momentos más decisivos de la existencia humana son aquellos en donde el resultado final de una ardua discusión nos obliga, no nos deja otro camino digno que no sea ponernos a inventar lo que aún no existe.

El mal menor, de manera explícita o implícita, siempre está al servicio de aquellos que quieren conservar el orden existente y no solo nos condena a elegir. Nos deja una sola chance: elegir, dentro de lo malo, lo menos malo. Porque si queremos otra cosa viene lo peor.

Ahora bien, nosotros no queremos conformarnos con la simple denuncia de este nefasto mecanismo cuya máxima casi metafísica es: “la única verdad es la realidad” y en donde el mal menor nos constriñe siempre a elegir en el campo de lo que el Estado decreta como lo posible.

Por eso traemos este problema, no solo para discutirlo colectivamente, sino para afirmar que nosotros apostamos que haya esperanza en la deriva. Que es posible un después de la deriva. Un después que estamos construyendo hoy, aquí y ahora

Este programa aspira a inscribirse en el marco de que es posible lo que parece imposible; que es posible una sociedad que responda al principio de igualdad; que es necesario refundar en este mundo nuevas políticas de emancipación; que es hora de gritar un ¡ya basta! que necesita anudar todas las voces para encarnarse.

programa #3: Trabajo

El trabajo nos atraviesa, es una experiencia cotidiana que nos interpela de forma más o menos violenta cada día, y aún así, o quizás por eso, pensar en el trabajo y, en su relación con la autonomía, implica un esfuerzo quizás inesperado. La sola pregunta acerca de qué es el trabajo, pregunta que pareciera responderse de forma evidente, abre múltiples miradas. Y avanzando un poco más, aún si tener aserciones suficientes, cabe preguntarnos: ¿Qué relación puede tener el trabajo con la autonomía? ¿Qué puede decir la política al respecto? ¿Es el trabajo un asunto puramente económico o implica además otra clase de asuntos?

Pensar el trabajo implica pensar el capitalismo, pensar la alienación, pensar la producción económica y también su distribución, pensar el empleo, el desempleo, el trabajo sin patrón, la organización de los trabajadores y la organización del trabajo mismo, en fin, una miríada de asuntos que, como ustedes habrán anticipado, no serán resueltas hoy aquí.

Quizás sólo tengamos la suerte de interpelar las miradas y experiencias propias intentando tomar de ellas algún trazo común que las ligue con otras y comenzar, poco a poco, a recorrer el largo camino de pensar juntos.

Somos cualquiera. Cualquiera piensa, cualquiera entiende, cualquiera habla. Y cualquiera trabaja. Lo que intentamos aquí no es autorizar la palabra con las credenciales del saber instituido, sino hacerla circular para que pueda resonar en cualquiera.

Por todo esto, este programa es para nosotros un desafío apasionante al que convidamos. Quién sabe, con la complicidad de la noche, logremos avanzar en una aventura imprescindible que es la de pensar sin partir de prejuicios e indagarnos acerca de cómo nuestras experiencias, tan pequeñas, tan cotidianas, pueden alcanzar una dimensión colectiva capaz de trascender nuestras individualidades, cómo lo cotidiano puede ser resignificado si lo miramos en detalle, si nos disponemos tan sólo a suponer que lo habitual puede no ser lo inevitable.