PROGRAMA #76 La Comuna de París

 

En nuestra búsqueda por reportar las señas de pensamientos y acciones que perfilen una subjetividad autonómica y emancipativa, esta medianoche colocaremos en la mira la experiencia de la Comuna de París.

Sin querer caer en la referencia meramente historiográfica sobre un acontecimiento de poco más de dos meses, entre marzo y mayo de 1871, nos interesa tratar de develar si aquel proceso popular y autogestionario puede ser interpelado y resinificado.

Medidas como: la separación del estado de la iglesia, la potestad de los obreros de asumir el control de las fabricas abandonadas, la creación de guarderías obreras, la remisión de los alquileres impagos y la abolición de los intereses en las deudas, atravesaron la historia y quedaron como mojones que llegan a nuestros dias.

¿Por qué puede ser la de la Comuna de París una referencia para pensar intervenciones políticas disruptivas hoy? ¿Nos interesa la unidad en la acción que se plasmó en aquellos días? ¿Que fue lo que llamo la atención de Marx en esas jornadas en la capital francesa? ¿Será que el carácter urbano de esas formas de organización puedan resultar mas cercanos que, por ejemplo, el presente rural e indígena que sostiene el Zapatismo en nuestros días?

Tratando de responder esos y otros interrogantes, en Después de la Deriva procuramos generar las respuestas que abran nuevas posibilidades a despejar y nos ayuden a sembrar el camino en pos de una humanidad con personas iguales y liberadas de toda explotación.

PROGRAMA #75 El aborto entre el derecho y la politica

A diferencia de las polémicas de hace unos treinta años, donde se enfrentaban dos éticas y dos ideologías, hoy el debate del aborto confluye en muchas de las mismas fuentes y valores, como la defensa de la dignidad “intrínseca” del ser humano o la “no discriminación” (por sexo o por edad). Así, el enfrentamiento, sin enfriarse, se ha despolitizado y se ha desplazado a otros terrenos, más disciplinarios: la ciencia y los derechos humanos. El viraje revela una transformación que cambia de raíz el campo en que se discuten la vida y la muerte, los derechos y los poderes, y los indecidibles límites entre biología y moral. Ahora la cuestión del aborto se incluye casi automáticamente en el marco reciente de la bioética, y se debate junto con otras prácticas como la eutanasia, el trasplante de órganos y las nuevas tecnologías reproductivas. Ayer había dos morales enfrentadas, hoy hay un mismo ideal compartido y un mismo discurso: la defensa de la vida y de los derechos humanos. Y la misma fuente de legitimidad: la ciencia.

El lenguaje de las consignas condensa mucho más que lo que querrían reconocer los actuales protagonistas de estas luchas. El reclamo jurídico es el mismo; sin embargo, la exigencia política no lo es. Así nos hallamos no ya frente a un combate entre valores sino a un conflicto entre los dos derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida (del embrión) y el derecho a la libertad (de la mujer embarazada)

Encontramos en los derechos humanos argumentos irrefutables tanto para condenar como para defender la legalización del aborto. El conflicto es tan irresoluble como inesperado. ¿Cómo comprender que el mismo fundamento sirva para avalar prohibición y legalización del aborto? ¿Cómo comprender que tanto para condenarlo como para justificarlo se acuda a la ciencia como fuente de legitimidad? ¿Se trata meramente de hipocresía? ¿O quedan a la vista los límites de los derechos humanos como horizonte simbólico de nuestros deseos, necesidades y ambiciones?

Queremos invitarles a pensar, entre otras cosas lo siguiente: ¿apelar a los derechos humanos para defender la legalización del aborto es solo un argumento, una táctica instrumental, un medio a usar mientras sea conveniente y a desechar cuando ya no? Porque los derechos humanos, tal como se han instalado en la arena política desde fin de la década de 1980 en el mundo entero, son un modo de subjetivación: una nueva manera no solo de pensar, sino de sentir, una usina que produce no solo discursos sino subjetividades.

 

 

PROGRAMA #74 Encuentro plurinacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans

Qué se puede decir de nuevo del encuentro nacional de mujeres? Contra todo criterio periodístico que establece que después de una semana no se puede hablar de un hecho porque «ya pasó» en DDD queremos retomar este tema que, aunque para les argentines ya es una postal de cada año, no por eso deja de tener para nosotras y nosotros una potencia que, quizás, todavía no alcanzó su máxima realidad.

Desde 1986, cada año, mujeres de diversas orientaciones sexuales y géneros disidentes de todo el país se reúnen para pensarse, fijar temas comunes, robustecer sus conocimientos y conocer experiencias de lucha contra el patriarcado.

Este año la amenaza represiva, el constante ajuste económico y el resurgimiento potenciado de grupos fascistas amenazaron con boicotearlo, pero a pesar de todo, y como dijeron las participantes, les hicimos el encuentro, o más bien, nos hicimos el encuentro.

Por qué juntarse solas? cómo hacer para confluir en una misma discusión a los distintos feminismos? como encontrar lo común sin disolver las diferencias? cómo potenciarse, potenciarnos?

En esta Deriva queremos rendir homenaje a todas las personas que están en la búsqueda de un mundo emancipado, del capitalismo y del patriarcado, y que trabajan obstinadamente porque pensar y hacer otro mundo.

 

PROGRAMA #73 El cine ¿puede devenir en acto emancipatorio?

Siguiendo la secuencia que abrió nuestra anterior deriva cuando hablamos con su director de la película “Antón Pirulero”, hoy trataremos de adentrarnos en terrenos más resbalosos. Aceptamos que el cine tiene hoy la potencia de ser un hábito compartido masivamente por toda la humanidad y eso puede ser un arma de doble filo.

Porque la historia muestra que ninguna acción realmente liberadora nace desde el corazón de una costumbre hegemónicamente compartida, sino de su capacidad para subvertirla. Entonces tenemos que interrogarnos si basta para cumplir una función emancipadora ver una película en donde narra como la justicia del pueblo vence a la injusticia de los poderosos. Quizás detrás de esta aparente evidencia estemos descuidando otra emancipación, quizás más poderosa, que es la emancipación del espectador frente al Films que se lo ofrece.

¿Podemos hablar de un acto de emancipación por medio del cine cuando el espectador queda totalmente absorbido y tomado por una película? ¿Cuáles son los mecanismos por los cuales se anula la capacidad reflexiva del género humano cuando está frente a la pantalla?

Quizás el primer paso para que el cine tenga una chance rupturista sea deconstruir estos engranajes a veces difíciles de detectar. Por eso trataremos de ver dentro del cine de autores quienes bregan para subvertir la posición clásica del espectador con la imagen. Todo esto sin descuidar que esta deriva número 73 nos pueda poner en contacto con algunos estrenos argentinos dignos de ser tomados en cuenta.

PROGRAMA #72 De película: desapariciones forzadas en democracia

Más de cuatro décadas atrás, cuando internet y Netflix no cabían en la imaginación y Argentina se abismaba en la larga noche de su dictadura más atroz, Charly García se preguntaba -no sin ironía por la fallida intentona escapista de la realidad- “qué se puede hacer salvo ver películas”.

Pero esta medianoche en la entrega número 72 de Después de la Deriva, queremos pensar a las películas como hecho político, como territorio a atravesar para allí asumir la realidad con todos sus pliegues.

Del cine militante a la militancia por el derecho a la imagen, a la palabra, el documental “Antón Pirulero” y su realizador, el cineasta Patricio Escobar, que hoy nos visita, reúnen esos atributos y, además, mete el ojo en un asunto incómodo para toda corrección política actual al visitar el drama de los desaparecidos en democracia.

Iván Torres, Martín Basualdo, Andrés Nuñez, Franco Casco, Elías Gorosito, Miguel Bru, Andrés Nuñez, Daniel Solano, Julio López, Santiago Maldonado y Luciano Arruga, son algunos de los tremendos ejemplos que se visitan en el filme y que, más allá, de la denuncia, ponen el foco en el Estado como factor protagónico central para generar esa masacre silenciosa que ostenta una nómina superior a las 200 víctimas.

En este programa donde nos interesa trabajar ideas en torno a la subjetividad que nos moldea, la impronta estatal capaz de habilitar esa práctica criminal casi sin distingos entre dictadura y democracia, reaparece como una seña que confirma nuestras presunciones y que nos obliga a ver de qué modo podemos expandir esa certeza para sumar manos y cuerpos en la imperiosa tarea de dar forma a una existencia que en lugar de la lógica del capital sea “para todos todo”.