Si pudiéramos desmembrar el mundo en el que vivimos en sus diferentes artistas encontraríamos al menos tres aspectos: lo social, lo político y lo económico.

Si pudiéramos analizar lo específico de cada uno a la vez que interrelacionarlo, si pudiéramos describir consistentemente el mundo, encontrarle sus talones de Aquiles y darle allí las suficientes patadas a la vez que ir construyendo otra realidad, estaríamos más cerca del mundo igualitario que anhelamos.

Pero resulta que el mundo es y se nos presenta cada vez más complejo y esforzarnos por desmadejar esa complejidad es una buena, aunque nunca suficiente, manera de comenzar a andar.

En esta vigésimo novena deriva intentaremos pensar lo económico, ese entramado de relaciones que se generan a partir del intercambio, de las necesidades materiales, objetivas o culturales, pero siempre urgentes.

Y a la vez, nos proponemos pensar en las características que las organizaciones que batallan en este frente tienen en su doble tarea por morigerar las injusticias del mundo actual al mismo tiempo que combatir esa injusticia de forma radical.

Ahora bien, ¿es posible estar a la altura de ese enunciado en un mundo regido por la lógica del consumo? ¿dónde habita la necesidad? ¿hay modo de generar espacios colectivos de producción y distribución?

¿Cómo sostenemos la resistencia a este modelo sin quedar atrapados en el modo defensivo?

¿Cómo articular las luchas para potenciarlas en pos del bien común?  ¿Cómo profundizamos en la búsqueda de soluciones para cada conflictividad, con sus características, sin quedar encapsuladxs en las identidades?

De la frialdad de los números y las estadísticas a los avatares cotidianos y los modos de juntarnos para atender todos esos frentes, aparecen otras maneras de entender y asumir términos como capitalismo, trabajo, salario, propiedad, renta y organización.

En esta vigésimo novena deriva buscamos, una vez más, resignificar las categorías para habilitar un pensamiento nuevo.

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