PROGRAMA #58 La política en la diferencia y la igualdad

No nos cabe ninguna duda, la masiva movilización que colmó las calles el día que se discutió la despenalización del aborto, fue y es un hecho histórico. Las mujeres y todos aquellos y aquellas que estuvimos presentes ese día atestiguamos estar en presencia de un movimiento en la estructura social que promete ser de largo aliento.

La mujer subió al escenario de la historia, afirmando su ser de sujeto con independencia del hombre y reclamando lo que es suyo. Pero la mujer no sólo se concentró en la plaza del Congreso sino que estalló en una multiplicidad de pañuelos verdes que vemos por doquier en las mochilas y en los cuellos de las cualquiera, sin distinción de clase, edad o procedencia política.

Hoy nos convoca una pregunta más profunda y es sobre el carácter político de este acontecimiento. Más allá de los efectos visibles inmediatos como la sanción de la ley, no olvidamos la extensa lucha y experiencia organizativa que hay detrás de este desenlace. No pensamos tampoco que lo propiamente político de este movimiento se plasme en un análisis de coyuntura, ni se agote en la especulación de los políticos profesionales.

Aquí asistimos en primer lugar a una imposición de verdaderamente democrática del pueblo por sobre la voluntad de muchos de sus representantes. Asistimos también a un debate público sin precedentes acerca de ¿Qué es ser un ser humano? ¿Qué relación hay entre derecho y vida? Pensamos también que la lucha de las mujeres está en condiciones de alcanzar un techo mucho más alto y que incluso puede ser la llave para destrabar una autentica lucha anticapitalista. Por todo esto es que hoy volvemos desde un nuevo ángulo sobre la relación entre la política y las identidades, sobre la pregunta por la diferencia y por la relación entre los movimientos sociales y el Estado. Porque, señoras y señores, nuevas cosas están sucediendo…

 

 

 

PROGRAMA #57 Redes Fecundas ¿cómo se cultiva la emancipación?

De la germinación de la semilla a la semilla nueva se establece un ciclo vital y virtuoso que multiplica potencias y posibilidades en una parábola que luce su tiempo exacto sin por ello renunciar a la dispersión, al accidente,  a lo imprevisto.

Con los pies en la tierra, la mirada en el horizonte y el grito en el cielo, esta medianoche queremos explorar un legado natural y ancestral que aparece amenazado por la pulsión hegemónica del mercado y por la moda de lo verde y orgánico para encontrar en su hacer los alcances de un gesto político que se exprese más allá de la huerta.

¿Por qué cultivar es un hecho rebelde en sí mismo? ¿Alcanza solamente con la semilla para poder asir los frutos que nos subjetivicen? ¿Estaremos así cumpliendo con un mandato de la tradición o instaurando el mañana? ¿La defensa de lo propio es también una práctica limitante?

En Después de la Deriva queremos seguir la huella de una pelea por y con el territorio en una interpelación acerca de lo que consumimos, así se trate de alimentos o de hechos culturales.

Por las piedras, respetando los tiempos lentos y propios de todo proceso que se precie de su hondura, queremos emprender un viaje nocturno capaz de permitirnos vincular una conciencia donde lo ecológico no sea una etiqueta y la norma del buen vivir funcione como una bandera rigiendo el sueño de un mundo de iguales.

 

Programa #56 Aborto legal, seguro y gratuito. Ocupemos las calles para estar vivxs!

En las vísperas del tratamiento del proyecto de ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo en Diputados, en Después de la Deriva queremos realizar esta noche un pequeño aporte a la temática y reconocer que esto es hoy posible gracias a la enorme marea de mujeres y activistas que desde hace décadas vienen poniendo el cuerpo en esa batalla.

La despenalización del aborto se ha defendido desde la idea de propiedad que tiene cada mujer sobre su cuerpo y sobre su deseo, desde el derecho a la salud como un derecho humano, y nosotras, nosotros pensamos hoy su defensa desde el principio de igualdad. Como vienen diciendo las mujeres: el aborto existe, existió y existirá; la diferencia entre que sea legal o clandestino es que aquellas que obtienen los recursos  y la información lo hacen en forma segura y las otras mueren. Tan sencillo y tan difícil de entender para algunos y algunas.

Con un código penal ambigüo pero que complementado por el «Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo» habilitaría hoy a cualquier profesional de la salud a realizar o facilitar un aborto ante el sólo pedido de la mujer, la pregunta que se nos presenta esta noche es, cuál es entonces la necesidad y desesperación que tenemos en que se apruebe esta ley?

Cuál es la batalla práctica, pero también cultural, simbólica y por qué no política que estamos dando?

Qué pasó con el aborto todos estos años en los que cientos de miles de mujeres acompañaron a otras con información, contención, en los que las organizaciones se encargaron de concientizar a los efectores de salud para encontrar aliados, a crear bancos de pastillas para abortos seguros con medicación?

Entendiendo que este debate es posible sólo en un contexto donde las mujeres y los cuerpos feminizados están tomando las calles, las conversaciones de las y los cualquiera y están produciendo un cambio en las subjetividades como no pasaba desde hace décadas, seremos acaso nosotras el sujeto político de una nueva revolución en ciernes.

Y en este sentido nos volvemos a preguntar: queremos una revolución feminista  para lograr la igualdad entre géneros, o acaso puede ser éste el puntapié para una humanidad emancipada e igualitaria a secas.

En plena cuenta regresiva, acompañamos el fervor feminista y aprovechamos una vez más para pensar cómo volver este mundo un lugar un poco mejor, en nuestra 56 deriva.

 

Fe de erratas: Fue Carol Hanisch quien popularizo con su ensayo la frase «Lo personal es político»

PROGRAMA #55 ¿A quién le sirve la democracia?

El mundo imperial ha impuesto para que sea la norma inquebrantable de cualquier acción política elegir entre democracia o dictadura. Consideran que la democracia triunfó al final del siglo pasado derrotando a las dictaduras totalitarias bajo las cuales se cobijaron el comunismo, el fascismo, y hoy el integrismo musulmán. Sacralizaron a tal punto esa imposición que cualquier crítica a la democracia realmente existente es catalogada como un síntoma de totalitarismo. Todo dentro de la ley nada por fuera de ella.

Hoy venimos a poner en duda esas certezas, porque comprobamos todos los días que la idea madre que sostiene a la democracia es que el pueblo es el único que tiene la facultad de decidir sobre su vida colectiva, y esta democracia no hace otra cosa que impedir que eso suceda. Entonces ¿qué es esta democracia? ¿Cómo es posible que salvajes programas de ajuste se puedan llevar a cabo tanto por gobiernos llamados democráticos como por dictaduras declaradas?

Entonces nos preguntamos ¿qué es esto de descabezar gobiernos sin interrumpir la legalidad, que se han dado en llamar “golpes blandos”?. Tampoco cuadra que esta democracia considere que reprimir al pueblo que se expresa públicamente sea un acto de defensa esencialmente democrático. Menos aún que esta democracia tenga la facultad entre sus derechos de declarar el estado de sitio por el cual se transforma en una dictadura para poder defenderse.

También vemos cómo movimientos de extrema derecha que después de la segunda guerra mundial eran puestos fuera de la ley hoy compiten libremente en el juego democrático. Son muchas las realidades que nos golpean para habilitar una gran duda: ¿será la dictadura la única alternativa contra la democracia? En esta deriva queremos desplegar esa duda, porque todo indica que vivimos bajo un gran engaño. Quizás no haya tal opción, quizás haya una sola realidad, la opresión y la dictadura, que a veces asume una forma blanda, llamada democracia y otras una manera dura llamada dictadura.