“Hay que dar vuelta el viento. Como la taba. El que no cambia todo. No cambia nada”, contaba hace ya varios años Alfredo Zitarrosa popularizando con su voz un texto de Armando Tejada Gómez.
Hasta hace algunas décadas, las demandas de los feminismos dentro de los movimientos populares e incluso autoproclamados revolucionarios quedaban en segundo plano porque lo central era la lucha de clases.
Un montón de testimonios de compañeras dan cuenta de cómo adentro de las organizaciones, las comunidades, etc. el patriarcado se reproducía sin cuestionamiento y los “mejores militantes” eran en realidad machos violentos.
Esto, que hasta hace tiempo era lo cotidiano, hoy resulta inadmisible. Sabemos que capitalismo y patriarcado se retroalimentan y caminan juntos, despojando nuestras cuerpas de los territorios.
Desde ese lugar, algunas compañeras sentimos que algo no anda bien cuando se celebra la llegada de una mujer a un puesto de poder, ya sea dentro del Estado capitalista en el vivimos, ya sea como CEO de una empresa con lógicas y prácticas extractivistas.
¿Qué estamos celebrando? ¿qué importancia tiene para construir un mundo mejor que el explotador sea hombre o mujer? ¿qué cambio sustancial se produce en una estructura de poder porque sus altos mandos sean ocupados por ellas?
Para esta charla, en Después de la Deriva convocamos a les compas Florencia Yaninello e Irina Gari, que desde Bariloche aceptaron el convite del debate.
Sabemos que se trata de un debate incómodo, pero también sabemos que podemos pensar al feminismo como un movimiento que luche por la igualdad, que proponga otras formas de vincularse entre personas, que apueste a la comunidad y no al individuo. Dicho de otro modo, pensamos que estos debates son urgentes para poder patear el tablero en lugar de cambiar sus figuritas y pensar un mundo otro, en el que quepamos todes.
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