Estamos en problemas. La presunción dejó hace tiempo de ser novedad y se ha transformado en una certeza que procuramos explorar y cuestionar cada martes por la noche desde el aire de La Tribu.

Charlamos con quienes luchan y resisten, contamos experiencias de quienes montan otras lógicas para accionar e indagamos en los mecanismos de la subjetividad que nos colocan a merced del mecanismo bárbaro del capital, pero no hacemos olas.

Hoy, en Después de la Deriva iremos por esas sendas temáticas que nos definen aunque la apuesta renovada es también cuestionar algunos de esos lugares amables a los que nos llevan nuestros propios vientos y que terminan convirtiendo la rabia en gesto previsible carente de toda inventiva.

¿De qué manera rompemos la corriente individual y egoísta? ¿Cuáles son las limitaciones y potencias de lo colectivo? ¿Qué ocurre cuando se naturalizan los modos que tenemos de organizar el cuestionamiento a lo establecido? ¿Hay modo de desmontar las nociones del éxito? ¿Cuánto opera el elogio a las identidades para colocarnos en ese molde?

Seguir articulando las maneras de construir los rudimentos para no quedar únicamente en las que parecen ser buenas intenciones es la tarea que queremos abordar sin maquillajes ni disimulos. Es la manera que encontramos de darle sentido a la decisión de seguir andando a partir de la igualdad.

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