La calle como espacio es un sitio que invita a diversas posibilidades en clave colectiva y de disputa que pasan por tomarla, ocuparla, llenarla de contenidos y permitir la libre circulación de personas e ideas.

Pero y además, es un lugar donde las subjetividades grupales recogen memorias y tradiciones de revueltas y rebeldías que abrieron cauces para el trabajo, la expresión, la política.

Con esas premisas como intenciones seductoras, esta noche en la centésima emisión de Después de la Deriva a través de La Tribu queremos agitar ese ámbito que nos convoca a partir de las experiencias de compañeros y compañeras que la habitan vitalmente.

Tomar el espacio urbano para la creación, la protesta, la denuncia, el intercambio se nos aparece como un destino común y convocante para caminar la siempre dificultosa geografía urbana como ámbito donde desplegar otras formas de encontrarnos, pensar y hacer.

¿Son tiempos complejos para ocupar creativamente las calles? ¿Toda movilización pone en cuestión la lógica del poder? ¿Existen nuevas maneras de intervenir en lo urbano? ¿Esas intervenciones conllevan la posibilidad de un gesto político igualitario? ¿Se puede formar comunidad entre cemento, adoquines y bocinazos?

Acerca de las formas de ser y de estar en lo público hablaremos hoy aquí con la explícita intención de no tropezar con las mismas piedras ni seguir las flechas establecidas para, en tal caso, tratar de desplegar las acciones y las palabras que nos inspiren a echarnos a andar en pos de ese futuro emancipador que seguimos teniendo como horizonte hace ya 100 noches.

 

 

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