La policía asesina a un pibe de 12 años por la espalda. La luz y el gas aumentan más de un 50 por ciento, y el transporte otro tanto, mientras se subsidia a las mineras y al agronegocio. Dos pibes matan a un colectivero porque no los dejó subir gratis de una. Los vecinos y vecinas se organizan contra la “inseguridad”.

¿Por qué mi vecino o vecina que no tiene un mango, labura 10 horas por día y ya no puede pagar la luz y el gas sigue bancando al macrismo y mantiene su odio a la “yegua”, ¿Alcanza con decir que mira sólo TN?

Asistimos a unas, todavía tibias, protestas contra los tarifazos…si realmente el ajuste está destruyendo nuestros bolsillos…¿Por qué no estalló todo por el aire aún? ¿Es solamente porque el peronismo no ordenó sus mandos?

¿Fue el consumo una forma de control social del kircnerismo sobre los denominados “sectores populares” y hoy es razonable entender que se acabó la supuesta fiesta?

¿Sirven hoy las categorías clásicas, incluso las que fueron parte de una lengua revolucionaria, para entender las realidades que se nos imponen?

¿Podemos razonar que el pueblo se “derechizó” y por eso votó a Macri? Más aún y en clave capaz de ampliar sus miras ¿Nos permiten las categorías de derecha e izquierda pensar realmente lo que estamos viviendo?

¿Será que vivimos un mundo que se ha tragado toda política emancipativa y asistimos a la pura supervivencia?

Esta medianoche aspiramos a seguir buceando en busca de las ideas y las denominaciones que sean capaces de intervenir en una realidad compleja y adversa que tiende a ponerse la gorra.

En Después de la Deriva queremos re pensar nuestros propios balbuceos y los del llamado “campo popular” para tratar de entender qué pasa en el país, en los barrios, en las casas y en nosotros mismos.

 

 

 

 

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