En la mañana del 8 de diciembre pasado un par de delincuentes abordaron y apuñalaron al turista norteamericano Joe Wolek en La Boca para robarle una cámara fotográfica y otras pertenencias.

Al presenciar la escena, el agente Luis Chocobar que es policía de Avellaneda, decidió intervenir con su arma reglamentaria y asesinó por la espalda al joven de 18 años Pablo Kukoc, uno de los asaltantes.

El hecho, azuzado por la usina pública en torno a la inseguridad y, también, por la denuncia del gatillo fácil policial y la supuesta lucha contra el delito, incluyó un embargo contra Chocobar decidido por el juez de Menores Enrique Velázquez debido a presunto «exceso de legítima defensa».

Pero la trama sumó un capítulo adicional de peso cuando el presidente Mauricio Macri y su ministra de seguridad Patricia Bullrich recibieron a Chocobar en la Casa Rosada en una explícita defensa del policía y, fundamentalmente, de su práctica.

El video difundido horas después de la reunión ratificando que el agente mató por la espalda a Kukoc puso en cuestión el tino del presidentes y sus funcionarios, pero la opinión que circula por los medios y las denominadas redes sociales parece avalar este nuevo gesto oficial en pos de la mano dura.

¿Qué significa entronizar el accionar criminal de Chocobar? ¿Es el de Cambiemos un gobierno impulsor del accionar represivo? ¿Qué diferencia avalar este asesinato a plena luz del día con la política sistemática de desapariciones de pibes pobres que atraviesa toda la democracia?

¿Qué hermana la exaltación de Chocobar con el ascenso del gendarme Echazú implicado en la muerte de Santiago Maldonado y antes con el ascenso de Milani al mando del ejército?

Pero, sin descuidar estas señales inquietantes, en esta cuadragésima Deriva queremos preguntarnos acerca de la construcción del héroe en nuestra sociedad. De los de Malvinas a los del ARA San Juan ¿Qué características tiene un héroe hoy? ¿A quién le sirve? ¿Quién lo necesita?

Agazapados en nuestra guarida de villanos del sentido común, nos lanzamos a un nuevo mar inestable para descomponer la tapa de los diarios y ser capaces de proponer ideas propias y nuestras que sean la criptonita capaz de interrumpir la lógica del poder.

Descargar