El grito de «Que se vayan todos» en la sede de campaña de La Libertad Avanza fue quizá uno de los momentos más grotescos pero no el único ni el menos grave que regaló la jornada electoral de las Paso.

A cuatro décadas de la vuelta de la institucionalidad democrática, un artilugio destinado a garantizar la mera gestión del capital, el panorama, sin embargo, se nos aparece cada vez más sombrío.

En busca de tratar de separar hojarasca y sustancia esta noche recuperamos una voz compañera y sabia con la presencia de Raúl Cerdeiras, uno de los mentores de «Después de la Deriva» aquí, en una de sus trincheras.

De la mano de su probada lucidez para desentrañar las trampas del sistema de dominación trataremos de preguntarnos y no callar algunas inquietudes en torno al fracaso de lo electoral como posibilidad de cambio real para los pueblos, del significado que portan especímenes como Javier Milei en el escenario político y también procuraremos poner en palabras la evidente derrota de los gestos progresistas frente a las crisis y el desgarramiento social.

¿El haber perdido el discurso anti-sistémico a manos de la reacción es una muestra terminante del final del ciclo dosmilunero y su estela de ampliación de derechos y ciudadanía? ¿Qué rol colectivo nos cabe ante un escenario tan adverso? ¿Nos queda la esperanza del viejo axioma de «cuanto peor mejor» para reponer y reencauzar lo perdido?

Poder colocar en ideas y en acto algunas de estos pesados interrogantes siguen siendo parte de una apuesta por ese mundo emancipado al que seguimos teniendo como horizonte gobierne quien gobierne.

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