La aparición del cuerpo de Santiago Maldonado, tras 80 días de ausencia es una noticia brumosa tapada por las operaciones mediáticas del poder, por las miserias políticas y por la jornada electoral que dio un fuerte respaldo al gobierno de Mauricio Macri.

Pero esas cuatro patas sobre las que se asienta una gran porción del pulso cotidiano del país ¿responden a una misma y despiadada lógica?

Veamos: entre la aparición del cadáver y la confirmación de que se trataba de Santiago pasaron cuatro días y ni antes ni durante ni después cesaron de brotar las especulaciones y un feroz ejercicio ciudadano de querer atarse a la versión de los hechos que mejor se acomodara a un recorte de la realidad a tono con la especulación de los aparentes sectores en pugna.

En ese lodazal parecieron tener el mismo grado de legitimidad las burdas maniobras de comunicación lanzadas desde Clarín y la caracterización del desaparecido 30.001, los insultantes dichos de Elisa Carrió o la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner portando la imagen de Maldonado.

Y cuando todo da igual y todo es lo mismo, ganan ellos y ¿nosotros dónde estamos?

¿Cuál es limite de nuestra resignación? ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a aceptar? ¿Qué pasa con la articulación de las luchas?  ¿Cuál es la potencia de los cuerpos conjugados en resistencia?

Es sobre esas preguntas cruciales para reconocernos que queremos ir una y otra vez en esta vigésimo sexta medianoche en La Tribu porque creemos que es sobre ella donde se despliega un velo más denso y profundo.

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