Este programa, “Después de la Deriva”, que hoy cumple 259 presencias en los martes de La Tribu, es un espacio que revindica y celebra la gesta popular colectiva de los y las cualquieras que estalló 21 años atrás, en diciembre de 2001, pero que en verdad se fue entretejiendo primero como resistencia al menemato y luego como gestos comunitarios de piquetes, trueques y asambleas.

Hecha esta aclaración que podría ser innecesaria para quien escuche apenas la cortina de este envío pero que a algunas personas de por acá nomás se les pasó de largo al momento de hablar y pensar sobre esos acontecimientos, esta noche ponemos a rodar de nuevo esas ideas y esos sucesos porque sentimos que allí anida una huella, una posibilidad, una amenaza.

En un país que más allá de la alegría popular que regaló el Mundial de Fútbol bate records de desigualdad y no para de fabricar pobreza e indigencia, nos cuesta creer y aceptar mansamente que tanta gente siga postulando que los mecanismos de la mera gestión del capital manejados por especialistas de la política sea el camino y, en cambio, el recuerdo de 2001 esté teñido solamente de crisis.

Por eso 19 y 20 de diciembre funcionan como una contraseña que nos junta y que nos anima a recordar la manera en el que pueblo organizado abajo y a la izquierda fue buscando las maneras de enfrentar una de las tantas debacles cíclicas del sistema que nos oprime, de qué manera se opuso al Estado de Sitio porque el idioma del poder no significa nada en nuestras lenguas y cómo la represión y la muerte siguen exigiendo memoria y justicia.

Para reponer esas nociones necesarias que nos permitan ver la película completa volvemos a tener por aquí al documentalista Patricio Escobar y con un poderoso testimonio grabado también al físico Rodolfo “Willy” Pregliasco, protagonista científico del documental “Maelström 2001” que Juan Pollio dirigió para el Conicet y que el fin de semana pasado tuvo un par de funciones de estreno en Buenos Aires.

Vayan estas voces compañeras para seguir horadando las malas evocaciones, las trampas del discurso de arriba, el baile de los oportunistas y, en cambio, nos sirvan para continuar sembrando las preguntas, los encuentros y las acciones que nos permitan hacer trizas esta lógica voraz e injusta que se presenta como la única normalidad posible.

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