Este programa es un fruto; lo era antes porque se gestó reuniendo voluntades dispersas, ideas en llamas, inconformismos varios y así anda, renegando y preguntando; lanzando el verbo como pedradas contra lo dado y conocido; conociendo cada experiencia que se levanta y recogiendo las injusticias de este mundo bestial que se muerde la cola.

Pero esta suma de martes, de noches, de derivas, de tribu’s, tal vez estuvo buscando desesperadamente pasar de las palabras a los hechos y tejer con compas de diversas tradiciones y procedencias la decisión de ponernos en acción por una causa esencial, una pelea que a lo mejor sea la madre de todas las batallas por dar.

Y por eso hoy celebramos anunciar que somos parte de un colectivo que próximamente viajará a Andalgalá a gritar ya basta, a acompañar la digna rabia de las asambleas y las gentes que aguantan el embate del poder que quiere tumbar las montañas, llevarse el agua, pudrir el aire.

Lo hacemos entendiendo que somos apenas un medio, parte de los y las cualquieras que usa la voz y la cabeza para expresar aquello que piensa y siente en torno a la explotación y sus responsables y que a la vez quiere vislumbrar de qué manera nos inventamos un porvenir común.

En ese plano les preguntamos a compas con quienes hacemos esta travesía grupal ¿por qué viajamos a Andalgalá? Como un modo de recrear las respuestas, las razones y los sentires de una actividad que nos está ocupando tiempo, esfuerzo y alegría, que ya tuvo algunas movidas y que aguarda por nuevas citas previas en busca de que todo resulte, de que florezca el encuentro.

Podemos intentar ser muchos, o ser varias o un montón de pocos de momento, pero esta pelea es más vasta y honda, es una disputa por re-conocernos, por construir un nosotras, un nosotros, un nosotres que tenga la forma y la modalidad que se pueda pero que tome nota con certidumbre algunas cosas: que todo artilugio legal o institucional sirve para resistir y ganar tiempo pero que no es por ahí, que ni la justicia ni los poderes del capitalismo patriarcal y colonial van a dar una respuesta y, por tanto y al mismo tiempo, tenemos que compartir de modo horizontal, sin jerarquías ni profesionales del liderazgo.

Ojalá que este gesto sea el primero de muchos tan necesarios y vitales como este inaugural y sigamos andando en busca de abrazos y horizontes, de compañías y quimeras, de anhelos por cumplir sabiendo que quedarán otros por emprenderse porque el enemigo ataca y al reconocerlo hacemos camino al andar en busca del mañana.

Descargar