Programa #17: ¿Son lo mismo el macrismo y el kirchnerismo?

En esta nueva deriva avanzamos en el interior de una discordia que pretende organizar un sentido común hoy dominante. Conocida popularmente como la “grieta” somete a los ciudadanos y ciudadanas a una discusión en torno a las diferencias o similitudes, e incluso a la toma de partido, entre macrismo y kirchnerismo.

Nosotros aceptamos entrar en ese juego pero con la decisión de problematizarlo buscando abrir otras miradas que apunten a desbaratar al juego mismo.

Los primero que nos preguntamos entonces es ¿qué se entiende hoy por hacer política si este enfrentamiento es su estrella más atrapante? Y empezamos a sospechar que esta “grieta” quizás busque disimular la ausencia de una verdadera escisión que es la que trazan las políticas que quieren romper radicalmente con este mundo.

La dicotomía macrismo-kirchnerimo remite a la política como gestión del orden existente. Por lo tanto, nosotros la podríamos reformular así: según la coyuntura que atraviesa el sistema y su gobernabilidad ¿qué gestión es la más adecuada para garantizar su estabilidad?

Por esta misma razón tampoco cometemos la ligereza de decir que son lo mismo. Si queremos ver alguna diferencia bastaría preguntarnos:  ¿un gobierno como el de Macri, hubiera podido “apagar el incendio” que se desencadenó en 2001 con la misma eficacia y recursos como lo hizo en su momento el kirchnerismo? De igual manera, el kirchnerimo, después de haber domesticado el desmadre del 2001, ¿podría haber sido para el poder real una buena opción a la hora de manejar el país?

Buscaremos por estos y otros caminos, preguntando y reflexionando, con la sospecha de que la verdadera grieta, que se produjo en nuestra vida política sintetizada en el potente grito de “que se vayan todos”, es lo se intenta hundir en el olvido con esta mediática disputa con la que se nos quiere entretener.

Programa #16: Desaparecidos en democracia

Jorge Julio López, Sergio Avalos, Daniel Solano, Miguel Bru, Marcelino Olaire, Santiago Maldonado son apenas media docena de nombres de una ominosa nómina de 200 desaparecidos desde el retorno de la democracia y que desde su ausencia nos reclaman ¡GRITEN! ¡NO DESAPAREZCAN!

Estos casos, más otros emblemáticos como Luciano Arruga y Luciano González (quienes estuvieron años desaparecidos hasta que identificaron o encontraron sus cuerpos), desnudan las limitaciones de un sistema que tras la retórica formal de la defensa de los derechos humanos se limita a gestionar los negocios del capital y, por tanto, a quitar lo que sobra, lo que molesta.

¿Es la desaparición una forma de disciplinamiento de los cuerpos? ¿Es la desaparición de los pibes de sectores vulnerables, de las mujeres secuestradas para la trata, de los trabajadores organizados o de los miembros de pueblos originarios equivalente a lo que en los 70 fue la desaparición de personas por disidencias políticas?

Para decirlo de manera más brutal y vulgar, la agudización de las desigualdades y la falta de alternativas políticas nos va conduciendo a un escenario donde el capital, lisa y llanamente, nos desaparece.

En esta deriva aspiramos a desplegar las ideas y los casos que se pregunten sin miedo acerca del núcleo, cada vez más evidente, violento y dictatorial que subyace a toda “democracia formal”, y poner la lupa en los modos en que lógica estatal plantea esta aparente dicotomía.


Según el informe de 2016 de CORREPI hay más de 200 casos de desapariciones forzadas desde el ’83, bajo gobiernos democráticos. Este es un breve listado de algunos de los casos más trascendidos:

Santiago Maldonado
Desaparecido desde el 1 de agosto de 2017 en la represión a la comunidad Cushamen, provincia de Chubut.

Jorge Julio López
Desaparecido por segunda vez el 18 de septiembre de 2006 en La Plata. Su testimonio había sido clave para la condena de Miguel Etchecolatz.

Sergio Avalos
Estudiante de la Universidad de Comahue, desaparecido el 14 de junio de 2003 en Neuquén, se lo llevaron del boliche La Palmas.

Daniel Solano
Joven trabajador rural salteño, desapareció en Choele Choel (Río Negro) el 5 de noviembre de 2011. Había comenzado a organizar a los trabajadores que trabajaban como golondrinas en Río Negro.

Miguel Bru
Estudiante de periodismo de la Universidad de La Plata, lo desaparecen el 17 de agosto de 2003. Si bien gracias a los testimonios se pudo comprobar su secuestro, tortura y asesinato por parte de la policía, su cuerpo sigue sin aparecer.

Marcelino Olaire
Miembro de la comunidad Qom desaparecido desde el 8 de noviembre del 2016.

Luciano Arruga
Se lo llevan el  1 de febrero de 2009, y estuvo desaparecido cinco años y ocho meses hasta que identificaron sus restos que habían sido enterrados como NN en la Chacarita.

Luciano González
El 11 de marzo 2009 Luciano, de 42 años, estaba charlando en la calle con un amigo en Cerro Centinela, un pueblo mapuche ubicado a 15 kilómetros de Corcovado, provincia de Chubut, cuando ambos fueron detenidos. Estuvo desaparecido hasta que encontraron sus restos en diciembre de 2013. 

Osvaldo Raúl Saliwonczyk
Joven que se lleva la bonaerense 10 de mayo de 2002.

Paulo Christian Guardatti
Asesinado y desaparecido por la Policía de Mendoza, en 1992.

Rodolfo Garrido (29) y Raúl Baigorria (31)
Albañiles desparecido en Mendoza en 1990. En 2002, el Estado mendozino ofreció recompensa a quien aportes datos de estos ultimos tres.

Elías Gorosito
Secuestrado, en el barrio Mosconi de Paraná, Entre Ríos, por la policía el 13 de febrero de 2002, desde entonces se encuentra desaparecido.

Programa #15: ¿Lo personal es político?

En 1969, la feminista norteamericana Carol Hanish publicó un ensayo que fue titulado “Lo Personal es Político” en respuesta a si la concientización que se estaba generando a partir del movimiento de mujeres era sólo “terapia” de efectos personales o si era político. La frase se convirtió en consigna.

Casi 50 años después, lo personal es político ha trascendido las fronteras del feminismo y se ha instalado como estandarte de individuos, espacios y organizaciones que luchan por una transformación social, económica y política.

En esta décimo quinta Después de la Deriva nos queremos preguntar sobre el sentido actual de esta afirmación. ¿Qué nos quiere decir hoy esta frase? ¿Es esta idea la anulación del límite entre lo personal y lo político o más bien nos habla del vínculo entre estas esferas?

¿Qué puede haber de político en un gesto personal?

¿Podemos pensar en una transformación social y política si no pensamos y pretendemos transformar nuestras realidades personales en función de una idea política igualitaria, emancipativa y autónoma?

¿Es ésta una pretensión moral o es una necesidad política?

Con la única promesa de aportar más preguntas que respuestas, los invitamos a navegar juntos esta deriva.

Programa #14: ¿Qué es la autonomía?

Porque habitamos la deriva pero anhelamos construir los puentes que nos permitan dejarla atrás, en esta décimo cuarta medianoche en La Tribu, enhebramos un nuevo capítulo de las temáticas que nos inquietan y nos convocan.

Como somos los cualquiera, los nadies, tenemos derecho a interrogarnos acerca de los lugares de dónde partimos y de los nombres que le damos a nuestros insumos para, lenta y trabajosamente, poder andar.

Por eso, hoy vamos a dialogar entre nosotros acerca de la autonomía, una denominación que aspira a identificarnos pero que nos ametralla a preguntas por, en principio, ser un dato de época que adeuda a la posmodernidad.

Entonces intuimos allí el riesgo del regodeo en las diferencias, la celebración de un asunto pequeño más preocupado en alguna pureza que en hundirse en el fango en busca de lazos a anudar.

Los que estamos aquí queremos que la potente noción autonómica que nos atraviesa tenga encarnadura política, funcione como interrupción de la norma, muestre los filos de su carácter colectivo y creador por instaurar un común que modifique la subjetividad.

Entre las falencias que creemos percibir y los contornos de las potencias que anhelamos encender, esta velada nos convoca a charlar acerca de la autonomía.

Ojalá que estén allí para ayudarnos a encontrar los pliegues por donde esta apuesta halle ese cauce diverso, destituyente y contagioso para navegar con su gesto político y poder hallar el Después de la Deriva.

Programa #13: Votar o no votar: ¿Esa es la cuestión?

Nuevamente el Estado convoca a un proceso de elecciones para que el pueblo continúe sin gobernar ni deliberar y sólo lo hagan sus representantes.

Para tal fin exhibe una vez más su joya más reluciente: el voto. Es tan fuglurante que nos encandila y nos impide ver que se trata de una de las formas más genuinas para hacernos creer que decidimos el rumbo del país, cuando realmente no hacemos otra cosa que legitimar la dictadura del capital.

Sin embargo tenemos un puñado de interrogantes que queremos compartir con las y los oyentes que esta noche nos presten su oreja.
Inquietudes que nacen de que aún cuando este ritual se repite una y mil veces sin que el funcionamiento del país cambie sustancialmente, muchísima gente sigue yendo a votar.

¿Qué es aquello que los motiva para votar aún sabiendo el poder casi nulo de su acto? ¿Quizás sea ese pertinaz aliado que tienen los poderosos, cuando nadie los enfrenta con fuerza, y que consiste en que la población se conforme eligiendo el mal menor?

¿El voto, aún en su esterilidad, puede ser un vehículo eficaz para expresar una voluntad popular? En otras palabras, ¿es un medio capaz de trasmitir una idea o un sentir del o de la votante que sea confiable para extraer de él una interpretación con valor político?

¿El voto que se reclama desde el poder del Estado es igual que el voto que decide en una asamblea popular el rumbo de una lucha?

Desde una política de ruptura y emancipativa ¿qué sentido tiene afirmar que en circunstancias especiales puede ser útil o necesario votar?

Estas y otras cuestiones salpicarán esta noche aquí en La Tribu para ayudarnos salir cuanto antes de esta deriva.