Veganos, macrobioticos, vegetarianos, crudi veganos y un sin fin de etcéteras son expresiones de búsquedas de una alimentación saludable en contraposición a los productos plagados de químicos que nos venden en los supermercados.
Que comemos puede ser una decisión individual o la razón de una lucha colectiva que comprende que, aunque las empresas dejarán de utilizar productos químicos en sus producciones la posibilidad de los pueblos de alimentarse en forma sana, suficientes y segura no estaría resuelto.
Desde después de la deriva entendemos que existe un entramado de desigualdades que van desde la producción hasta la comercialización de los alimentos y que batallar en ese campo puede ser una decisión capaz de trascender lo personal.
Soberanía y seguridad alimentaria, reforma agraria, extractivismo, comercio justo, consumo conciente, agronegocios, hambre, capitalismo son algunas de las palabras que rondan está mirada en torno a la alimentación.
¿Puede lo que comemos ser una decisión política? ¿Cómo nos alimentamos? ¿Qué podemos hacer colectivamente por ello? ¿Hay posibilidad de otro consumo mientras haya capitalismo? ¿Cómo hacemos para que las propuestas de otra forma de alimentación puedan llegar a toda la humanidad?
Estas y otras cuestiones sacudirán la deriva de hoy, esperando llenarnos la cabeza de ideas que, por qué no, puedan materializarse en nuestra panza.