PROGRAMA #37: Soberanía Alimentaria, quién decide que comemos?

Veganos, macrobioticos, vegetarianos, crudi veganos y un sin fin de etcéteras son expresiones de búsquedas de una alimentación saludable en contraposición a los productos plagados de químicos que nos venden en los supermercados.

Que comemos puede ser una decisión individual o la razón de una lucha colectiva que comprende que, aunque las empresas dejarán de utilizar productos químicos en sus producciones la posibilidad de los pueblos de alimentarse en forma sana, suficientes y segura no estaría resuelto.

Desde después de la deriva entendemos que existe un entramado de desigualdades que van desde la producción hasta la comercialización de los alimentos y que batallar en ese campo puede ser una decisión capaz de trascender lo personal.

Soberanía y seguridad alimentaria, reforma agraria, extractivismo, comercio justo, consumo conciente, agronegocios, hambre, capitalismo son algunas de las palabras que rondan está mirada en torno a la alimentación.

¿Puede lo que comemos ser una decisión política? ¿Cómo nos alimentamos? ¿Qué podemos hacer colectivamente por ello? ¿Hay posibilidad de otro consumo mientras haya capitalismo? ¿Cómo hacemos para que las propuestas de otra forma de alimentación puedan llegar a toda la humanidad?

Estas y otras cuestiones sacudirán la deriva de hoy, esperando llenarnos la cabeza de ideas que, por qué no, puedan materializarse en nuestra panza.

Programa #36: Mapuches, territorios y pueblos en lucha

El 27 de noviembre después de que la Prefectura asesinara a Rafael Nahuel, la ministra de seguridad Patricia Bullrich ofreció junto a su par de justicia Germán Garavano una conferencia de prensa donde cristalizó el relato oficial sobre la denominada «cuestión mapuche».

A sabiendas de que el oyente de La Tribu no compra ni una línea de esa versión cobarde, desde Después de la Deriva queremos pensar «la cuestión mapuche» desde un lugar en el que, más allá de expresar solidaridades, podamos plantear si existen puentes que puedan hermanar las luchas.

¿Que es para los mapuches la identidad? ¿Qué entienden por pueblo o nación? Para aquellos que cuestionamos la nación de estado nación porque creemos en el internacionalismo, ¿en función de que nos solidarizamos con ellos? ¿Es la propiedad de la tierra lo que está en juego?

¿Cómo podríamos mapuche y huincas, hombres, mujeres, trans, pueblos indígenas de cualquier parte, ambientalistas, todes los que pretendemos otro mundo enlazarnos para potenciar nuestras luchas? ¿Es esta una necesidad?

Con la sola esperanza de hacer resonar estas preguntas en torno a la humanidad toda, los invitamos a navegar en esta nueva deriva…

Programa #35: 24 años de zapatismo

En el provisorio horario de las 23 y con entregas que combinarán algunas apariciones con fragmentos de las ideas que balbuceamos durante 2017, estamos iniciando la segunda temporada de Después de la Deriva con una serie de programas de verano que esta noche nos permite tutearnos con el calendario.

Es que a 24 años de la irrupción del zapatismo con una puesta en el estado mexicano de Chiapas capaz de hacer visibles a unas personas olvidadas que decidieron organizarse, tomamos aquella gesta para preguntarnos acerca de los alcances de esa huella.

¿Por qué el zapatismo inscribió con tanta fuerza su nombre en la galería de los movimientos emancipadores tras la caída del llamado campo comunista? ¿Sobre qué herencias y novedades fundó su impacto planetario?

Ahora bien, no conformes con esas inquietudes queremos pensar juntos ¿qué queda de esa apuesta en el presente a cuento de los propios movimientos que el zapatismo realiza?

De La Otra Campaña a presentar una candidata indígena a la presidencia, el zapatismo también lanzó sus interrogantes a partir de proponer una serie de semilleros de pensamiento crítico frente a la hydra capitalista que sean capaces de nutrir de teoría y práctica a los movimientos para así enfrentar con mejores armas las nuevas tormentas por venir.

Empezando el 2018, nuestro espacio que procura poner a navegar las palabras y las acciones que funden la igualdad, aprovecha la efeméride para tender un puente con esa experiencia indígena que sigue siendo faro y referencia para emprender por nuevos rumbos la siempre latente intención de cambiar el mundo.

Programa #34: 2001

De las múltiples lecturas que se han hecho de 2001, que van desde calificarlo sólo como una crisis hasta como un argentinaso, nosotros hemos visto en aquellos días un acontecimiento, y su huella, estampada en la frase Que se vayan todos, seguirá siendo un punto de referencia esencial para las políticas de emancipación.

Quizás en esas poderosas jornadas nacieron efectivamente múltiples novedades destinadas a conmover las fatigadas formas de los viejos estereotipos de política revolucionaria.

¿Cuál es nuestra mirada con la que intentamos empezar a salir de esta deriva? Una simple apuesta: pensar las condiciones actuales por fuera de un horizonte que precisamente aquél acontecimiento se empeña en subvertir.

Se hace necesaria, por lo tanto, una reflexión que apunte a ir tejiendo una nueva matriz de pensamiento, acción y organización política para una próxima etapa de las luchas emancipadoras a nivel planetario que sea capaz de poner en cuestión este dominio global del capitalismo y su (in)maculada democracia.

Las jornadas de diciembre de 2001 afirmaron en las calles que no tolerábamos más la farsa democrática y que podíamos hacer política desde un lugar diferente.

Pero los modos en los que el sistema se recompuso de aquel impacto nos empuja a interpelarnos acerca de cómo darle efectividad a la organización horizontal, asamblearia y por abajo.

En nuestro último programa de 2017 trataremos de visitar los ecos de aquella epopeya pero también algunas razones que arriesguen a explicar la distancia entre aquellos fuegos libertarios y la situación actual, y qué hacemos para reponer esos ideales activos que hoy aparecen difuminados en lógicas partidarias que, justamente, licúan su irreverente potencia de organización e inventiva.

Programa #33: Reforma laboral: una novedad conservadora

nota: por fallas técnicas, este audio termina unos instantes antes del cierre del programa.

La reforma laboral que impulsa el gobierno de Cambiemos y que negocia con las centrales sindicales se inscribe en el marco de un sistema capitalista que vence las fronteras nacionales con la fuerza líquida de la globalización. Las tecnologías contemporáneas, desde las técnicas de gobierno hasta los dispositivos informáticos y la maquinaria productiva, habilitan cada vez más la movilidad del capital. Por eso es que esta reforma (conjugada con la reforma jubilatoria e impositiva) se hace en nombre de las inversiones extranjeras.

Esta movilidad es sustancial para el capitalismo, y siempre lo fue. El nuevo marco legal es la manera de acomodarse del Estado a los tiempos que corren. Es, por lo tanto, una novedad conservadora, como tantas otras que decoran la injusticia.

Como respuesta a esta expansión, la organización obrera supo consolidar a mediados del siglo XIX un internacionalismo que puso de relieve que la única frontera es la que separa a oprimidos de opresores, en la afirmación de que los trabajadores no tenemos patria, afirmación que fue combatida con los nacionalismos corporativos del siglo XX. Sabemos quién ganó.

Estos nacionalismos, junto con la represión franca, habilitaron formas de gestión estatal que pudieran ordenar esas relaciones evitando así su abolición, contribuyendo a aplacar la resistencia en retirada. La legislación laboral argentina no es una excepción sino la forma local en la que los Estados del siglo XX han intervenido en la gestión del capitalismo.

Hoy, abastecidos con nuevas herramientas, los Estados recomponen las formas de gestión de las relaciones económicas con reformas laborales que avanzan de forma desigual y diversa suerte en las distintas regiones del mundo. En nuestro caso, un liberalismo lúcido, aggiornado y violento avanza sobre derechos que los trabajadores logramos imponer a la gestión estatal, sin haber podido ir más allá. En la violenta asimetría propia de las relaciones económicas capitalistas, los pocos espacios de protección legal que venimos teniendo los estamos perdiendo. La reforma laboral, así, se integra en el nuevo canon de la gestión estatal para la administración de un capitalismo cada vez más global, cada vez más fluido, cada vez más impune.

En nuestra penúltima deriva del 2017, decidimos poner sobre la mesa esta cuestión, intentando considerar la reforma laboral en el seno de un sistema que excede el imaginario nacionalista que supimos conseguir, y que responde a un sistema tan injusto como voraz, cuyo nombre es capitalismo.