PROGRAMA #180 A 150 años de la Comuna de París

Esta noche, en la entrega 180 de Después de la Deriva, concretamos nuestra cuarta visita a la experiencia de la Comuna de París aprovechando no solamente los 150 años de aquel proceso revolucionario que durante 72 días mostró una posibilidad, una verdadera grieta que se agiganta en este mundo abatido a los pies del capital.

Pero el aniversario sí nos permitió seguir sumando voces para abrir el horizonte de las ideas, de las escuchas, de acciones como ésas que hicieron de París un escenario de batalla y un teatro de concreciones posibles de la vida comunitaria construyendo poderes públicos, haciéndose cargo de la existencia política, logrando conciliar las formas de pensar y de habitar.

Para ello hoy recibimos los aportes de Martín Echenbaum, docente, comunicador e impulsor del colectivo que sostiene Editorial Marat y de Omar Acha, historiador, bibliotecario, ensayista e investigador.

Ambos se unen, además, porque Acha escribió un imprescindible prólogo a “La Comuna de París”, libro de Lissagaray, un periodista francés republicano y socialista independiente, conferenciante y parte de aquella revuelta, editado por Marat.

No sin esfuerzo pero tampoco forzándolo, tendemos caminos posibles que atraviesan un siglo y medio de convulsionada historia, de procesos transformadores, de grandes epopeyas, de sonoros fracasos.

Se trata de una recorrida que no busca solazarse en las imágenes desteñidas de aquello que no fue sino en buscar en sus evidencias y también en sus pliegues, las pistas que nos impulsen a creer que transitamos la senda correcta, la de la invención, la que arriesga más allá de lo previsto.

Con esas señas que nos alimentan, desde los micrófonos de La Tribu ponemos a rodar nuevamente la apuesta de conciliar lo mejor que tengamos a mano para sentir que es posible construir esa humanidad de iguales, ese mundo por venir y por vivir.

PROGRAMA #179 Chile en foco

Si la revuelta en Chile amainó sus fuegos, la organización barrial y comunitaria en los cabildos sigue andando sin prestar demasiada atención a la ahora postergada elección constituyente porque observa que no saldrá de allí solución alguna a los problemas que el país arrastra desde la dictadura de Pinochet y sus secuaces.

Para enfocar esos modos de confluencia en las calles y en los barrios por fuera de la norma partidaria que busca siempre la nula modificación de los asuntos estructurales, esta noche en Después de la Deriva recibimos a dos de las personas que integran el Bloque Fotográfico Autónomo.

Ella desde Santiago y él desde la Ciudad de México aportan dos de las lentes que han retratado y lo siguen haciendo la lucha contra la represión estatal siendo testigos y difusores de los hitos populares ganando la calle y también de la jauría violenta de los uniformados puestos a golpear y disparar salvajemente para garantizar la continuidad del modelo.

Carolina y José Miguel hacen foco en lo que ocurre y en lo que estalla y en su mirada aguda, entrenada y compañera regalan postales posibles de un pueblo que quiere sacarse mordazas y ataduras mientras el sistema responde con palos, balas y gases para sostener sus privilegios.

Vayan estas imágenes de resistencia y confluencia que remitimos a través de los micrófonos de La Tribu como una manera de seguir saludando esa gesta rebelde y horizontal que se cocina por abajo a la vez que regala instantáneas acerca de los asesinos de siempre.

En nombre de esas voces y esos retratos que descreen de toda promesa emanada de la gestión del capital y sus cada vez más acotadas fronteras, saludamos nuevamente lo que se agita en Chile y lo tomamos como una referencia, como un espejo posible, como una alerta incómoda acerca de lo que somos capaces de hacer cuando se nos hace cuerpo y conciencia el “¡Ya basta!” a toda forma de explotación.

PROGRAMA #178: Violencia estatal sobre cuerpos y territorios

Una semana atrás ante estos mismos micrófonos de La Tribu conmemorábamos un nuevo y nefasto aniversario del golpe cívico-militar desentrañando sin maquillaje ni oportunismo las ominosas continuidades de aquel proceso que siguieron vigentes a partir de diciembre de 1983, ya sin los uniformados en el gobierno.
Visitamos aspectos de la economía, de la vida social, de asuntos tanto materiales como subjetivos y por supuesto sobrevoló -como tantas otras veces en Después de la Deriva- la violencia estatal sobre cuerpos y territorios esté quién esté en la Casa Rosada.
La desaparición y el asesinato de Santiago Maldonado es un caso emblema de esa modalidad criminal no porque su imagen tuviera más peso que la de Jorge Julio López, Luciano Arruga o cualquiera de las más de 200 personas que el sistema democrático se chupó a lo largo de 37 años sino porque su situación fue uno de los emblemas para denunciar el modelo político de la alianza Cambiemos con Mauricio Macri en la presidencia.
El rostro de Santiago fue al mismo tiempo una imagen de acusación y bandera y -como tantas otras causas ligadas a los derechos humanos- también un pretendido lugar de utilización partidaria de la tragedia.
Pero el reclamo genuino de su hermano Sergio Maldonado y otros familiares supo esquivar ese arrullo que adormece, la bajeza de la denominación del desaparecido 30.001 y otros usos de ocasión para no cejar en una mirada amplia, valiente, incómoda, consecuente contra el Estado asesino, contra la justicia cómplice.
Con el cambio de gobierno que igualmente mira para otro lado y una causa judicial tan congelada como entonces se cumple el vaticinio de un sistema más hondo y más ancho que cualquier publicitada grieta.
La instalación de un busto de Santiago en Plaza de Mayo para acompañar la última marcha sostenida por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia el miércoles último, fue un acto sintetizador de prácticas y consignas en torno a la efeméride. Y por novedoso y por molesto, el solícito e inefable gobierno porteño de Rodríguez Larreta decidió quitarlo alegando razones burocráticas.
De ese nuevo gesto político, de una lucha que no se abandona y que ve más lejos, recibimos hoy con orgullo y alegría a Sergio Maldonado en Después de la Deriva.

#PROGRAMA 177: 24 de marzo, una larga sombra que llega hasta el presente

A 45 años del asalto al poder por medio de un golpe cívico-militar que cambió la geografía social y política de la Argentina, en Después de la Deriva postulamos que aquella asonada no solamente marcó un quiebre en la estructura del país sino que sus determinaciones y efectos llegan hasta hoy, más allá de las notables diferencias formales entre dictadura e institucionalidad democrática.

Detrás de la efeméride complaciente y de la apropiación gubernamental del aniversario, esta noche desde los parlantes de La Tribu queremos hacer memoria no solamente para honrar a los caídos en lucha por una sociedad distinta o para denunciar los alcances de un genocidio brutal, sino para atrevernos a marcar que los lineamientos organizativos y económicos plantados por las juntas militares y el poder concentrado de entonces, proyecta su larga sombra hasta nuestros días.

Y aunque se quiera maquillar el asunto con feriado y actividades de corrección ciudadana, los mismos que pintan los calendarios son los que fijan las agendas de arriba que en sus espíritus y búsquedas no difieren demasiado de las puestas a rodar por Videla, Massera, Martínez de Hoz y otras mierdas de la misma runfla.

Para poder hacer ese correlato incómodo pero absolutamente imprescindible, precisamos de una voz lúcida, compañera y militante como la del escritor e intelectual Miguel Mazzeo quien traza los puentes por los que caminan las decisiones y los alcances de unas medidas criminales y empobrecedoras de lo material y de lo simbólico de quienes habitamos esta porción de territorio al sur de América.

Se trata de un nuevo viaje al pasado cargado de presente buscando los ecos de aquello que fue tragedia y que se ha seguido repitiendo como farsa, como mera gestión del capital, como una dramática mansedumbre a lo posible. Capaz de rebelarnos a ese molde y sus señas queremos interpelarlo fuertemente para desde allí mostrar lo imperioso de construir otras formas de sabernos vivos, de interrumpir lo dado, de combatir por la emancipación.

#PROGRAMA 176: La Ciencia Sin Freno

Desafiando el refrán de que «nadie es profeta en su tierra» quienes hacemos después de la deriva quisimos dedicar este programa la charla con uno de nuestro integrantes, Guillermo Folguera, con la excusa de la reciente publicación de su libro La Ciencia Sin Freno.

En las hojas, guille traza un recorrido en el que poder, burocracia, ciencias, innovación, tecnología, publicidad y eficiencia se entrelazan siempre al servicio de una reproducción del capital y de la vida alienante, sin que el pregunta por el sentido esté en juego . Con interrogante de si se puede pensar una ciencia que acompañe otros modos de vida, que muchas y muchos ya practican apasionadamente, vaya esta nueva deriva con la esperanza de que el conocimiento científico se permita dialogar con otros saberes pero sobre todo con la intención de desnaturalizar esos hilos invisibles que hacen que la rueda gire sin obstáculos ni cuestionamientos.