Cualquiera en la Radio
Literalmente estamos todavía con el cuerpo caliente. Venimos, dentro de este equipo, de lo que significó una enorme marcha en defensa de la educación pública, en defensa de la universidad pública. Una marcha que todavía permanece en el aire y en los cuerpos. Una marcha que tuvo como uno de los lugares más visibles Congreso y Plaza de Mayo, pero que se expresó en cada uno de los lugares del país, la lista es impactante: Ushuaia, Chilecito, Córdoba, Tandil, Rosario, Viedma; multiplicado en cada uno de los sectores casi de la misma manera. El ataque abierto en términos de recorte del presupuesto real fue disparador de algo que no parece ser una situación aislada ni exclusiva, y por supuesto que tampoco se limita al plano educativo ni se limita al plano de las universidades. Ahora bien, lo que sí se ve claramente es que la amenaza de privatización, en este caso de la educación, muestra que lo que podemos llamar la derecha financiera (una de las tantas derechas) tiene muy clara su agenda.
Quizás lo que podemos hacer, lo que podemos en esta instancia preguntarnos es qué sucede de nuestro lado. Por ejemplo: ¿Qué educación queremos, qué universidad queremos, seguiremos emparchando, seguiremos forjando estructuras académicas extractivistas, qué rol tienen actualmente las universidades en gran parte del despojo que sufren los territorios y los cuerpos? Y sobre todo, ¿Cómo trazamos todos estos objetivos, no solamente de una manera enunciativa, sino principalmente como logramos concretarlos a los fines de generar otros horizontes?
En este programa número 323, todavía con el cuerpo caliente nos moveremos entre las urgencias y las esperanzas de mundos mejores.
En la Real Academia Española, la definición de accidente es: “Suceso eventual o acción de la que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas”. En muchas ocasiones escuchamos otra que es : si se puede evitar no es un accidente.
La mayoría de las “desgracias” que atraviesa el mundo se podrían haber prevenido si se ajustara alguna variable: por ejemplo: cuando un auto atropella a un peatón hay variables como la velocidad a la que iba el auto, si el conductor había bebido alcohol o no, si el peaton cruzó por la senda peatonal, etc. que marcan la diferencia entre un accidente y una negligencia.
Los dos primeros casos que vamos a contar hoy aparecieron en los medios de comunicación como accidentes. Y aunque desconocemos las condiciones previas que hicieron que las explosiones ocurran pero, de base, se trata de dos plantas de químicos de categoría 3 que se encuentran emplazadas en ejidos urbanos, por lo que allí hay una primera irregularidad.
El primer caso es la explosión en la planta de Sigma Agro en el paraje La Verde, partido bonaerense de Mercedes, ocurrida el 27 de septiembre de 2019; el segundo fue la explosión en la planta de Atanor en San Nicolás de los Arroyos, que sucedió el 20 de marzo pasado y dejó a gran parte de las zonas aledañas bajo una nube tóxica; mientras que el tercer caso que presentamos esta noche es la sequía del Río Trapiche en Catamarca.
Aunque a simple vista los tres hechos parecieran no tener conexión, en Después de la Deriva creemos que estas situaciones están atravesadas por el mismo hilo: el extractivismo y su forma de vincularse con la naturaleza y el entorno.
Para desnudar esas tramas hablaremos con compañeras y compañeros de los territorios, en busca de esos comunes de arriba pero también de esos lazos que podemos tejer entre las y los de abajo fruto de la resistencia y de la construcción que vamos haciendo mientras caminamos.
Vaya esta deriva como forma de memoria porque ya sea una consecuencia inesperada como una explosión, o previsible como un río que se seca, sabemos que no habrá vida posible si no cambiamos las formas de producir aquí y ahora.
El armatoste denominado Decreto de Necesidad y Urgencia que el presidente Javier Milei anunció en la noche del 20 de diciembre pasado no solamente reafirmó que no se trataba de un gobierno demente sino de una coalición dispuesta a sostener políticas de capitalismo extremo que con sus más de 300 medidas empujó a las muchedumbres a las calles.
Esa respuesta espontánea y urbana no solamente fue un desahogo popular que llegó hasta las puertas del Congreso sino que impulso el renacer o la recomposición de las asambleas barriales.
Capaces de recoger la memoria de una experiencia forjada un cuarto de siglo atrás y también la vigente resistencia que se tejen en territorios que padecen los extractivismos, las asambleas se organizan, protagonizaron varias movilizaciones callejeras y empiezan a reunirse y a redefinir agendas que sean capaces de atender las urgencias del presente y encontrar un pulso propio recogiendo diversas tradiciones políticas.
Para pensar colectivamente este nuevo escenario donde la comunidad recupera su voz, esta noche en el estudio de La Tribu recibimos a integrantes de las asambleas de Villa Pueyrredón, Villa Urquiza y La Paternal, tres de las más activas en la nueva geografía del AMBA.
Aprovechando las experiencias de quienes esta noche nos acompañan, ponemos rodar algunas preguntas que son aquellas que venimos amasando y que tienen que ver con la manera de pensar/hacer lo político.
¿Es posible y necesario pensar a las asambleas desde una perspectiva territorial que trabaje temas concretos? Ante un gobierno que acumula ataques, ajuste y despidos ¿Cuán difícil es romper y ampliar esa posición testimonial? ¿Qué enseñanzas se recogen de la experiencia dosmilunera? ¿Las asambleas se fortalecerán como espacios comunitarios más allá de la coyuntura?
La charla, el encuentro, el hastío ante la falta de respuestas de la democracia capitalista y una forma de asumir grupalmente lo político son parte de las apuestas que sostenemos y queremos compartir para poder llegar a estar “Después de la Deriva”.
Haber sido parte del tercer Festival Puentes de Agua que se concretó en Jáchal no solamente nos empujó a encuentros organizativos para concretar la travesía autogestiva con espacios de todo el país, sino que además nos permitió conocer la dimensión política, social y humana de la Asamblea Jáchal No Se Toca y, de su mano, descubrir a otros actores de una comunidad que padece el doble estigma del extractivismo criminal y de la dictadura minera que lo niega y silencia.
Como parte de esa experiencia elegimos para esta noche la posibilidad de conocer dos aristas hondamente conectadas con la tierra de ese poblado sanjuanino que dan cuenta del alimento material y espiritual que resiste los embates del saqueo.
Por un lado charlamos con el alfarero y ceramista Jorge Navarro, un veterano porteño con más de medio siglo en San José de Jáchal, que a partir de la arcilla local viene creando maravillas que han trascendido largamente las fronteras y que actualmente decidió pasar la posta de esos saberes amorosos e inspiradores que conectan el alto vuelo de la creación con la raíces y la memoria de un territorio.
La visita nos reunió además con la campesina Ana Lara, quien como heredera de una tradición agrícola, describe con valentía y dolor el flagelo del agua mala y escasa con el que la minería pretende condenar a la extinción de una forma de vida que daba sustento y caracterizaba al valle.
Por fuera de este viaje pero en profunda conexión con un drama que ataca las entrañas de nuestra geografía, esta emisión 320 de Después de la Deriva comienza con el testimonio de Elizabeth del Valle Mamaní, comunera de la comunidad atacameña del altiplano del Salar del Hombre de Muerto en Antofagasta de la Sierra, Catamarca, quien narra el violento proyecto de extracción de litio que las empresas internacionales llevan adelante en esa región de Catamarca.
Conocer, escuchar, aprender y difundir son parte de la tarea –quizás inútil, siempre insuficiente- que nos sostiene como colectivo que hoy suma a Paula Blois como nueva compañera para así tratar de sacudirnos el flagelo del despojo al que pretenden acostumbrarnos mansamente y, en cambio, potenciar, a fuerza de rabia y belleza, ese otro mundo capaz que nos llama a actuar sin más demoras.