El 8 de marzo, nosotras paramos. Nos paramos. Dice el spot del paro internacional de mujeres, una acción global que por segundo año consecutivo se inscribe como un hecho concreto en un proceso que los feminismos vienen gestando hace años y que se intensificó desde 2015.
Ante esta acción, que sólo para comenzar a hablar consideramos mucho más contundente y novedoso que el llamado a una plaza por parte de los sectores sindicales, nos interesa preguntarnos sobre el potencial del movimiento de mujeres en función de una política emancipativa.
Podemos las mujeres, desde la lucha que en principio parece basada en la identidad de género, trascender esa barrera y liberar a la humanidad toda? Es lícito que nos lo pidamos?
Es posible que los feminismos hayan, cada vez más, incorporado a la demanda de un mundo antipatrarcal la lucha anticapitalista, Será la destrucción del patriarcado la llave para destruir el capitalismo? Es la intención de todos los feminismos?
De ser así, qué pasa con aquellas compañeras feministas que participan de espacios que no cuestionan el capitalismo, sino que, en el mejor de los casos, buscan “volverlo más humano”?.
Aunque asumimos que la brecha laboral es insostenible y que el denominado “techo de cristal” no debería existir, queremos una revolución feminista para que haya más mujeres CEOS? Alcanza con eso para que el mundo sea mejor?
Y para quienes demandan que el feminismo se fusione en la lucha emancipativa a secas, qué nos cuenta la historia sobre el rol asignado a la mujer en las luchas por “universales” anteriores?
Por qué aún en los movimientos en los que nos referenciamos, como puede ser el zapatismo, tiene que haber “una lucha dentro de la lucha” que recuerde que cuando hablamos de igualdad también pensamos en la igualdad de género.
Cómo hacemos, en definitiva, para hacer dialogar nuestra identidad de género con una lucha universal guiada por el principio de igualdad para cualquiera, ese cualquiera al que esta noche le queremos hablar, en esta edición 43 de Después de la Deriva.