El despido de casi 400 trabajadores de la Agencia Nacional de Noticias Télam, decidido y celebrado por el ministro Hernán Lombardi, puede ser considerado el primer gesto concreto del acuerdo que el gobierno de la alianza Cambiemos alcanzó con el Fondo Monetario Internacional.
En esa dirección la pelea que ya lleva una semana con paro total, lock-out patronal y la ocupación de las dos sedes porteñas de la empresa estatal, irrumpe como síntoma de un nuevo ajuste estructural y coloca a sus damnificados en un impensado escenario político.
Las y los trabajadores de Télam son (somos), al mismo tiempo, víctimas y referentes de una lucha que los excede, que pone en primer plano la disputa por la supervivencia en un panorama crítico pero también el avance o el repliegue del recorte.
Dos de las personas que integramos el colectivo que hace Después de la Deriva somos parte de la planta de Télam, pero al margen de lo conmocionante que puede generar la cercanía afectiva, pensamos que exponer los ribetes de este conflicto puede ser una chance de pensar y mirar más lejos.
¿Es el nuevo ajuste gubernamental la última carta de el frente Pro-radical?
¿La desmesura del ajuste interfiere con la larga primavera entre el gobierno y la opinión pública? ¿La disputa de sentido que se libra desde Télam permite articular un modo de asumir lo público más allá de lo estatal?
Esta medianoche trataremos de desplegar las velas del viaje propuesto en un contexto que no esquiva el dolor, la emoción y el compañerismo con la aspiración de acompañar una marea que nos tiene que llevar a buen puerto.
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