El derrumbe de las experiencias marxistas parece haberle despejado el camino a la pura gestión del capitalismo mientras otras experiencias políticas procuran deshilar las ideas y las prácticas que se desplieguen a partir de nuevas formas de organización.
En esta nueva velada de Después de la Deriva intentaremos bucear en las tensiones entre las formas y los contenidos de esas apuestas políticas que procuran tomar cuerpo haciendo balance del pasado para no reincidir en sus yerros y criticando la bárbara desolación del presente.
¿Es la forma de organización un salvoconducto para inventar modos políticos de intervención? ¿Alcanza la horizontalidad y la decisión asamblearia para estar haciendo política? ¿Es suficiente tomar distancia del Estado y sus mecanismos para entonces crear una subjetividad colectiva capaz de hacerle mella al poder real?
Mientras los apuntes posmodernos de la época condicionan los territorios políticos de acción, nos preguntamos si el tránsito de los movimientos autónomos a la política partidaria es un camino fatal que muestra los límites de una práctica o es la señal inequívoca de procesos que cambian sus principios.
A la vez que florecen hendijas en las que algunos creen ver espacios liberados de capitalismo por donde dar los primeros pasos ¿qué nos muestra el zapatismo al incursionar en el escenario electoral mexicano? ¿hay manera de asir desde hoy la larga experiencia asociativa creada por el anarquismo?
Estamos en problemas y asumirlo quizá sea el primer y necesario paso para resolver las encrucijadas en un imprescindible compás que sea capaz de visitar el ayer y espiar el mañana que es preciso hacer asomar.
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