El movimiento de los chalecos amarillos lleva más de siete meses agitando Francia a partir del precio de la gasolina pero abrazando luego unas demandas de democracia directa y formas asamblearias que el poder de la gestión capitalista no consigue traducir, enfrentar, ni menguar.

La siempre dispuesta usina mediática y la represión estatal que se ha cobrado una vida y provocó unos 300 heridos son, de momento las únicas respuestas de la política de arriba a una agitación sostenida y creciente que va generando una agenda de reclamos y posicionamientos que es difícil dimensionar a la distancia.

Este programa de los martes en La Tribu sostiene ideas en torno a la igualdad, la autonomía, las apuestas por inventar una política diferente a la que nos impone el sistema y, por tanto, que rechaza al capitalismo como a toda forma de representación que planta dirigentes y especialistas en desmedro de lo que los nadies, los cualquiera, somos capaces de impulsar colectivamente.

Por eso esta noche en Después de la Deriva trataremos de lograr una aproximación más minuciosa, intensa y concreta al fenómeno urbano e insurgente que recorre el territorio francés para tomar sus señas, dialogar con sus postulados y encontrar cuáles de sus ideales –más allá de las diferencias geográficas, culturales y políticas- confluyen con los nuestros.

¿Puede pensarse que la de los chalecos amarillos es una fuerza que recoge las huellas de las experiencias de la Comuna de París y del Mayo Francés? Mas acá en el tiempo ¿Se trata de una revuelta que, por ejemplo, remite a nuestro 2001, a Grecia, a los indignados españoles? ¿Cómo se organizan y atraviesan el “mientras tanto” las muchedumbres que cada sábado toman las calles y carreteras francesas?

Apenas algunas inquietudes en torno a una movida que está marcando la agenda de los pueblos movilizados que no se resignan a la rosca electoral y al mal menor y que aspiramos a tomar como referencia para construir un aquí y ahora en el que destelle el mañana.

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