Si “Después de la Deriva” es una suerte de barco buscando construir su destino en medio de aguas que bajan turbias, era inevitable emprender el viaje que haremos esta noche a través de las islas del Delta.

“Tenemos que ir tan lejos para estar acá” escribió y cantó Charly García y algo de eso nos pasa muchas veces a la hora de las travesías que de tanto querer mirar más lejos, ignoran aquello que se desliza por delante de nuestras narices.

Por eso ponemos proa a esa proción de tierras y aguas que detrás de la postal turística o la escapada urbana es una reserva de vida necesaria para ese sitio específico pero también para la ciudad que la ignora.

Y visitando ese lugar descubrimos un territorio de 14 mil kilómetros cuadrados que es cuna de diversidades, pero también de resistencias, de luchas por el territorio, de otra batalla palmo a palmo contra el capital, la propiedad y el lucro.

Hoy en La Tribu trataremos de abarcar esa geografía que pelea por su salvaje y benéfica libertad sin por ello saltearnos preguntas que van desde la agenda natural a las formas de organización.

¿Por qué es tan esencial la defensa de los humedales? ¿Cómo avanza la propiedad privada sobre el Delta? ¿Qué maneras colectivas aparecen para detener el atropello? ¿De qué modo conviven los isleros con los que llegan para habitar el lugar?

Son interrogantes que laten entre una exuberancia que ya no disimula la tragedia de una región que queremos ayudar a defender de la violencia empresaria y estatal que invisibiliza sus potencias y a sus habitantes.

 

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