La crisis como excusa apura ajustes, desmonta derechos, pone en cuestión las certezas, las conquistas y hasta los anhelos más terrenales. En esa panorámica parece ocultarse una derrota menos concreta pero tal vez más honda que la de los recortes voraces y es la de una pérdida de sentido.

¿Son nuestras posiciones autonómicas y emancipadoras unos ideales para otro tiempo político? ¿La coyuntura obliga a un repliegue y a hacer y pensar solamente lo establecido?

En Después de la Deriva continuamos esta medianoche una serie de programas tendientes a poner en la mira la subjetividad de quienes nos ubicamos a distancia del Estado y por fuera de la lógica partidaria para asumir la política y reponer sus potencias.

Apostamos a la necesidad de re-conocernos en medio de la avanzada bárbara del achique y la estigmatización porque creemos en los aportes de una subjetividad que no se resigna al imperio del capitalismo ni a la complicidad posmoderna.

Experiencias, espacios, textos, encuentros y apuestas conforman el territorio sobre el que sostener un ideario que no sea solamente un lomo en la biblioteca, una opción para tiempos por venir.

Pero también nos interrogamos por la tensión dentro del propio universo autonómico entre quienes consideran que hace falta elaborar un cuerpo de ideas más acabado y los que en cambio descreen de esa herramienta por entender que cierra la autonomía a categorías más propias de las izquierdas tradicionales.

Queremos repasar y subrayar los aportes de esta posición que aquí y ahora instaure un nosotros que diga “aquí y estamos” y haga aportes a las problemáticas del presente en busca de poder marcar la huella de un mañana.

 

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