El centro de datos que Google instalará en la ciudad uruguaya de Canelones y que pone al descubierto otra manera de extractivismo ligada a la tecnología y a la denominada industria del conocimiento, es apenas el dato saliente de un plan de saqueo en el país que profundiza una agenda a la que los cambios de gobierno –del progresismo a la derecha y de nuevo en manos del Frente Amplio a partir de los resultados del reciente balotaje- no altera ni modifica.
La charla con dos compañeros, el sociólogo Daniel Pena y Bruno Coiro de la Asamblea Hue Mirí que reúne a personas que viven en la cuenca de la Laguna Merin, una enorme reserva de agua dulce de 3750 kilómetros cuadrados de extensión que Uruguay comparte con Brasil, nos ayuda a visibilizar la magnitud de la avanzada contra el territorio latinoamericano, gobierne quien gobierne.
Así en Uruguay se multiplican arrozales, el sembradío de soja y las plantaciones para abastecer a las fábricas de celulosa, todo un entramado que se agrava y expande a partir de la promocionada irrupción de Google y que ni siquiera se inmutó con la profunda crisis hídrica que sacudió al país el año pasado y dejó sin agua potable a gran parte de aquella población.
Las formas del saqueo del otro lado de los ríos que nos circundan, funcionan como un espejo, como una referencia y como otra alerta de una política global que va arrasando con todo, pero también nos interesan estos intercambios para aprender acerca de formas de organizarnos para enfrentar esos ataques y comprender de qué manera construimos ese mundo que elegimos vivir.
Otra noche viajera de “Después de la Deriva” para seguir comprendiendo que no hay paraísos intocables ni lugares a salvo sino una sola gran pelea que debe empujarnos a hacer confluir hasta las diferencias para poder sostenernos y así aportar al futuro que tenemos que poder amasar desde aquí y desde ahora.
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