La confluencia de varias cooperativas locales en Ingeniero Jacobacci o Huahuel Niyeo como los lugareños prefieren llamar al lugar utilizando la lengua mapudungun, recoge una tradición comunitaria en tiempo presente para hacer frente a la defensa y el uso responsable y común del agua.
La ciudad rionegrina está en el centro-sur de la provincia en el medio de la estepa patagónica, una zona semiárida donde por año llueven entre 140 y 150 milímetros de agua y que cuenta con poco más de 10.000 habitantes, casi todos población urbana y muy escasos en la zona rural.
Allí y sin dejarse arrastrar por las políticas extractivistas del ejecutivo provincial que hasta se sumó a la convocatoria del Ministro del Interior Wado de Pedro y firmó un acuerdo con la empresa israelí de aguas Mekorot, la comunidad viene asumiendo la gestión comunitaria de las cuencas de agua que surcan ese territorio.
Carlos Irasola y Antonio “Gorrión” Curruman, dos de los compañeros que sostienen esa singular experiencia horizontal, repasan algunos aspectos organizativos de una apuesta que a partir de ponerse una meta no se limita a la hora de, inclusive, salir a buscar apoyos internacionales y estatales para sostener y plasmar la iniciativa.
El agua, la tierra y los alimentos constituyen el eje de una existencia que no por básica se limita a la mera observación de un destino sino a la decisión de asumir lo esencial y construir desde esa perspectiva.
Los buenos ejemplos colectivos que enseñan el modo de enfrentar la barbarie capitalista como el de esta comunidad de Río Negro, son aquellos que ponemos a circular en “Después de la Deriva” con la explícita intención de no resignarnos ni dejarnos obnubilar por las promesas y los desvaríos de campaña, gane quien gane y gobierne quien gobierne porque sabemos que no es por allí.
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