John Holloway, pensador y militante que dos décadas atrás con “Cambiar el mundo sin tomar el poder” puso en ideas y en letra escrita un nuevo horizonte para inventar otras formas de organización política al tomar nota de la fenomenal experiencia zapatista, no se queda quieto ni callado.
Con el reciente “Hacia una teoría de la esperanza”, este referente del autonomismo nacido en Irlanda hace 75 años y radicado en México desde 1991, se aferra a una expresión generalmente ligada a las promesas de campaña del juego electoral y estatal y sigue provocando a hacer y a reflexionar.
Gracias a compas de Comunizar que reunieron esos escritos que pueden descargarse libremente en su página web y que tendieron puentes para esta charla, disfrutamos la posibilidad de un encuentro a distancia pero muy cercano con este intelectual capaz de empujarnos a seguir haciendo, a construir esos mundos que profesamos.
Como apunta Sergio Tischler, encargado por Comunizar para reunir y presentar estos ensayos cortos, hay en ellos “un propósito teórico y político fundamental, que es contribuir a la elaboración de una nueva idea de revolución a partir de casos concretos y particularidades específicas, que enriquecen lo que el autor ha desarrollado en términos teóricos más abstractos. En ese sentido, la crisis del capitalismo, argumentada desde la centralidad del nosotros anti-identitario y opuesta a la clásica idea ortodoxa del sujeto revolucionario vinculada a la centralidad del partido, adquiere un brillo especial”.
Holloway dispara y cuenta, aporta y comparte, se pregunta y se afirma en un diálogo donde recoge aquel fenomenal guante teórico de 2002 y lo trae hasta un presente donde el colapso ambiental da cuenta del fracaso del capitalismo y de las políticas de representación y de arriba.
Pero atento a las formas brumosas que adquirieron muchas de las apuestas forjadas en aquellas proclamas de hace 20 años, hay desde el presente un alegato contundente contra el apogeo de las identidades y también una tozuda defensa de buscar abolir el dinero para detener la barbarie imperante.
Felices con la posibilidad de tener a este compañero en “Después de la Deriva”, compartimos esta noche la primera parte de un intercambio que consideramos valioso para aquellos que, como Holloway también insiste en sostener, abonamos a esa verdadera grieta entre el universo de las jerarquías y el mal menor y este que necesita seguir tomando la forma que seamos capaces de imprimirle.
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