La voz de Nora Cortiñas durante la movilización de repudio a un nuevo aniversario del golpe cívico-militar siendo capaz de ligar aquel genocidio con las consecuencias de las políticas extractivistas de hoy, no hizo más que ratificar la consecuencia de una mujer excepcional pero, además, puso en superficie una postura incómoda pero necesaria para de verdad empezar a arrancarnos la pesada herencia de aquel criminal modelo que se extiende hasta el presente.
Nora Cortiñas, a sus jovencísimos 92 años, no solamente se reafirma como una de las Madres de Plaza de Mayo que no acomoda su discurso y su acción a la política de arriba, sino que sienta un precedente que amparado en su recorrido intachable saca a la notable lucha por la memoria, la verdad y la justicia del confortable lugar de los calendarios oficiales y la pone en diálogo con las consecuencias de esa política que ha mantenido su molde capitalista de saqueo.
Sobre esa misma huella otras voces compañeras como las de Meche Méndez, Marcos Filardi, Facundo Sinatra Soukoyan y Lucía Levis Bilsky ahondan el tremendo lazo entre el sistema instaurado por Videla, Martínez de Hoz y otros criminales de entonces con las medidas que la institucionalidad democrática fue aplicando sin respiro entre hiperinflación, represión, privatizaciones, agronegocio, gatillo fácil, megaminería, desapariciones, deuda externa y una gran dosis de posibilismo y resignación para aceptar lo que venga en medio de las crisis que multiplican el hambre y la desigualdad.
Esta noche en La Tribu aprovechamos la efeméride pasada para retomar un lazo muchas veces negado por quienes se conforman con la tranquilidad de mirar solo una porción de la tragedia, aquella que le pone fecha a la lucha por los derechos humanos para así dejar a salvo a gobernantes y funcionarios surgidos del juego democrático que el capitalismo habilita a quienes obedecen sus planes.
En Después de la Deriva seguimos trajinando una huella molesta pero tremendamente necesaria para de verdad dejar de engañarnos con los límites que nos imponen y parece aceptamos a través de nuestros representantes, esos que impiden que podamos construir el mundo de liberación y el buen vivir que nos merecemos y tenemos que conquistar sin más demoras.
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