La historia de los despojos en nuestro continente tiene una larga referencia, con nombres propios y escenarios particulares a través del tiempo. Roles específicos dentro del mercado internacional; triangulaciones de cuerpos, culturas y productos; esclavitudes, ultrajes y desapariciones; ciencias y tecnologías; Estados, Empresas y Capital.

Uno de los hitos de discontinuidad se reconoce hace un cuarto de siglo en nustro país, en un contexto en el que el neoliberalismo completaba el proceso iniciado durante la última dictadura en Argentina. En este momento, ubicado durante los gobiernos de Carlos Saúl Menem, se gestaron las formas de extractivismo actuales asociadas a la minería, a la pesca, a los hidrocarburos y a los agronegocios. En aquel entonces, las diferentes formas de extractivismo encontraron un salto cualitativo y una matriz legal que le dió su condición de posibilidad.

Junto a eso, diferentes estrategias de shock asociadas a la producción apretaron a las comunidades locales para obligarlas a abrazar los escenarios de dependencia y empobrecimiento. Con diversas multinacionales como protagonistas y un Estado a veces socio activo o en otras situaciones meramente pasivo, intensificando la extracción de distintos tipos de materias primas para cumplir con los requerimientos del Mercado Internacional.

Pero la magnitud de los despojos tuvo también historias vívidas de resistencias y de generación de alternativas. Comunidades y actores, trayectorias y experiencias diferentes, un racimo de búsquedas que prometen en el 2020 tener no sólo su actualización sino una expresión superadora.

En este programa número 130 de Después de la Deriva trataremos de recuperar la historia de este último cuarto de siglo, buscando no sólo un diagnóstico de los diferentes tipos de extractivismo, instituciones y actores involucrados, sino también avanzar en las opciones, en los nuevos caminos, en las sendas que dan algo más que esperanzas.

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