PROGRAMA #147 Un país de negros?

El fantasma silencioso, enigmático y mortal del virus no fue suficiente para domesticar al poder real que nos puso frente a esta amenaza y apenas hace falta correr un poco el foco del haz de luz oficial para descubrir que no hay aprendizaje, que sigue habiendo violencia y saqueo con premeditación y alevosía.

Entonces mientras funcionarios y especialistas sonrientes y maternalmente paternales repiten sentencias sobre cuidados y defensa de la vida, la represión, las fumigaciones y el extractivismo tienen más cancha libre para avanzar sobre personas y territorios en una disociación que podría sonar graciosa sino fuera criminal.

Y mientras el coro bien-pensante local se horroriza frente al asesinato racista y policial de George Floyd en Estados Unidos y respira complacido por auto-percibirse derecho y humano, las fuerzas estatales chaqueñas exhiben su violento desprecio sobre jóvenes qom poniendo en pantalla una práctica ancestral del despojo y la humillación.

Pero más acá y más allá de gobiernos provinciales aliados de administraciones nacionales que –sin detenernos en el cotillón de marcas y siglas que se juega en las elecciones- incitan y suscriben a la lógica bestial y arrasadora del capital, ahí están las mineras gozando de permisos para herir de muerte a la tierra y el agronegocio poniendo a volar los venenos que garanticen la ganancia inmaculada de sus inversiones.

Esta noche en La Tribu también miramos al norte porque queremos asumir el pensarnos como el país de negros que somos, con este mapa violentado y sojuzgado por profesionales en administrar el capital, con esta violencia institucional que nos basurea y nos mata por pobres, por originarios, por disidentes.

No se trata, claro está, de ubicarnos en el siempre inmovilizante papel de víctimas sino de re-conocernos en estas vejaciones cotidianas a las que no detienen cuarentenas ni distanciamientos para proponer desde ellas ese “ya basta!”que nos reúna como iguales en pie de lucha y nos permita andar hasta hallar el “Después de la Deriva”.

PROGRAMA #146 Angustias, abrazos y otros asuntos humanos

 

Los términos locales y globales en los que durante los últimos días se dio parte del intercambio público acerca de lo que nos pasa entre virus y cuarentenas, intentaron buscar alguna coordenada firme y simple. En esa búsqueda, fue la palabra “angustia” una de las más renombradas, acaso como una forma más de seguir usando asuntos humanos como medios y no como fines.

Profesionales, gobernantes, empresarios, se fueron alternando para acudir a una única dimensión de nuestro vivir cotidiano, a un único estado de nuestro vivir, un único sentir. En mayor o menor medida, los diferentes miedos fueron señalados como parte de intentos de justificaciones más generales. Y entre “cómo no sentir eso” y el “cómo sentirlo cuando” se nos fueron dando opciones para transitarnos, como si acaso de eso se tratara.

Pero más allá de los términos utilizados, quizás lo más destacable sea el intento de unidimensionar lo que estamos viviendo y sintiendo. Por un lado, por la obvia cuestión de una diversidad de experiencias y posibilidades que ha quedado inevitablemente en evidencia a lo largo de nuestros territorios. Pero además, por lo absurdo de una búsqueda que asume claridad inequívoca en cada vivir.

Y habrá que volver a lo obvio: la complejidad de nuestras experiencias, sentires y vínculos, nos conduce a una indeterminación que no sabe de fáciles adjetivos. Lo homogéneo y lo simple sólo parecen ser formas de no asumir que siempre hay oscuridades y que es mucho lo que desconocemos de ahí afuera y también de aquí adentro.

En este programa 146 de Después de la Deriva nos asomamos a dos historias, dos experiencias que no saben de unidimensionalidades. Las miradas de Miguel Benasayag y de Juan Quintero buscan no tanto ser espejos, sino apenas el reconocimiento de mundos que habitan este mundo: Mundos con zonas indeterminadas, hacia adentro y hacia afuera, que se retraen y abrazan, que buscan el silencio y la voz. De mundos que aún cuando pisen sinuosas grietas, van siendo.

PROGRAMA #145 Pandemia, trabajo y organización

Si la cuarentena por la pandemia salpicó cada aspecto de nuestras vidas, el trabajo no sólo no es la excepción sino que es quizás una de las actividades más afectadas.

Aceleradora de procesos pre-existentes, visibilizadora de injusticias y profundizadora de la desigualdad, el aislamiento obligatorio puso la forma en la que vendemos nuestra fuerza de trabajo en la primera línea de las transformaciones.

Los que no pudieron más «salir a trabajar», las que tienen que armonizar el trabajo con los cuidados, les que tuvieron que incorporar en semanas el uso de la tecnología,  todas y todos vimos atravesadas nuestras vidas por esta realidad que en el caso específico de la educación ya mereció toda una noche de martes aquí en La Tribu.

La autoexplotación, la imposibilidad de pensar junto a otros, de vernos las caras, los límites que se desdibujan entre los productivo y reproductivo, las dificultades para organizarse son algunas de las problemáticas de las y los que debimos someternos al teletrabajo.

Pero más allá de lo que nos sucede a quienes tenemos que laborar en la casa, la situación de quienes no pueden ganarse el mango como los artistas y sus equipos técnicos, la realidad de trabajadores de la salud y la de repartidores son quizás las postales más urgentes que esta noche tratamos de visitar.

Y allí transitamos la tensión entre los héroes que aplaudimos a las 21 y sus reclamos por salarios justos, condiciones dignas y seguras así como la de los músicos que literalmente regalan sus sonidos a la vez que entregan uno de los pocos gestos humanos que sobreviven al agobio y visitamos la experiencia de los trabajadores de reparto que en medio de la pandemia lograron protagonizar paros internacionales que en pocos días concretará su tercera medida de fuerza en buena parte del planeta.

Ver esas postales que agravaron los abusos y tratar de pensar acerca de las clavijas que el sistema aprieta para sostener en funcionamiento sus resquebrajadas certezas mientras dice cuidarnos de un enemigo invisible y voraz, son parte de un plan de viaje hacia la emancipación que puede cuestionar lo que asoma porque antes denunció la aparente normalidad y porque no se resigna a un futuro que siga reproduciendo la barbarie.

PROGRAMA #144 «No es un problema de contenidos, sino de sentidos»

Hay diferentes maneras de habitar la existencia opaca y miserable a la que nos condena el capitalismo mundializado. Y si bien no podemos salirnos de su lazo, siempre es saludable descubrir los modos en que somos capaces de corrernos del lugar de víctimas, de espectadores, de seres resignados a jugar con el mazo que se nos impone.

Si la situación global generada por el sistema imperial ya era desesperante, la larga e incierta cerrazón que agrega la pandemia y que hace que sigamos saliendo grabados y a distancia a nuestro espacio en La Tribu, parece sumar elementos negativos acerca del panorama que nos toca.

Sin embargo esta noche y desde dos materiales intangibles como la evocación y el pensamiento, proponemos una nueva travesía que desde dos trayectos distintos pugnan por hallar los contornos de una alternativa.

Por un lado recordaremos al científico Andrés Carrasco y su lucha de película para denunciar el uso criminal del glifosato a poco más de seis años de su fallecimiento y por el otro charlaremos con Raúl Cerdeiras acerca de las herramientas que nos regalan las ideas para cuestionar aquello que se presenta como sentido común.

Apenas otros dos modos posibles de interpelar lo dado que se nos ofrece cuando ciencia y filosofía, ideas hechas carne, compromiso que se construye colectivamente entre iguales, logra abrir la hendija que, aspiramos siempre, sea torrente para que llegue la hora Después de la Deriva.

PROGRAMA #143 ¿Qué sigue cuando se (nos) dice que todo se ha detenido?

Qué sigue cuando se (nos) dice que todo se ha detenido. Qué sigue como antes, qué se intensificó, qué se resignificó.

Hacer una lista exhaustiva carece de sentido, inevitablemente la mirada se deposita más en algunos asuntos más que en otros.

Los negocios de las grandes multinacionales encuentran la reproducción de siempre, farmacéuticas, empresas biotecnológicas, mineras, financieras, grandes inmobiliarias. Siempre siguen, aunque han llevado al paroxismo aquello de que cada crisis es una oportunidad, su oportunidad.

Las instituciones represivas que ocupan hoy los espacios públicos entre permisos y felicitaciones, continúan sus prácticas, con frases acerca del cuidado a aquellas que nunca tuvieron al cuidado como objetivo.

Las diferentes formas de contaminación de los modos de vivir, respirar y comer, señaladas como uno de los causales de la expansión acelerada de la pandemia, no han encontrado pausas en este contexto. Por el contrario lo único que hacen es el ofrecimiento cotidiano de que el barbijo se haga bozal.

Y también los femicidios han permanecido, inalterables y acaso como modos de mostrar su carácter más pesadillesco: quedate en casa, que ahí vas a estar bien.

Pero la normalidad anormal no sólo es la que continúa. El escenario global, regional y local ha puesto más que nunca en relieve lo necesario de aquello necesario: modos de organizarse para que la comida, la salud, el agua no sean sólo banderas sino prácticas fundamentales de nuestro vivir. Cómo detener lo que sostiene al ciclo vital

En este programa de Después de la Deriva tampoco nos detenemos y nos preguntamos qué es lo que sigue y bajo que formas sigue. Va entonces este episodio número 143 como modo de pensar, sentir, explorar los latidos que no conocen de pausas.