Juntarnos a pensar cómo queremos vivir es parte de una práctica comunicacional habitual alrededor de estos micrófonos. A partir de asumir de qué modo habitamos los espacios también podemos ejercitar una manera de re-conocernos.
Y aunque esa tarea parece ser más clara cuando irrumpen los proyectos de saqueo de la megaminería a arruinar el aire, el suelo y las aguas de los territorios, también se aprecia a menudo en los enclaves urbanos.
Esta noche nos visitan vecinas y vecinos del barrio porteño de Villa del Parque que –como en 2018 cuando este proyecto empezó a bosquejarse- vuelven a organizarse en las calles, en las redes sociales y en las plazas para impedir la construcción del primero de unos 14 túneles que el Gobierno de la Ciudad pretende crear por debajo de las vías del Ferrocarril San Martín.
La obra en cuestión afectará las calles Marcos Sastre, General Rivas y Empedrado, arrasará con no menos de un centenar de árboles y su hechura estará ligada a endeudamiento externo, toda una ingeniería del terror que es una vieja iniciativa del PRO que gobierna a nivel local desde 2007 y que esta vez contó con la inestimable colaboración de una docena de votos aportados por la aparente oposición encarnada por Unión por la Patria.
Aunque el mero rechazo a semejante agresión ciudadana bastaría para enfrentar una obra que no respeta el trazado ni el hábitat barrial con apuntes ligados a inseguridad, inundaciones y perjuicios inmobiliarios y comerciales, el grupo de vecinos y vecinas de Villa del Parque también ofrece alternativas para burlar la pesadilla de las barreras como pueden serlo el tren en trinchera con biocorredores verdes o el viaducto.
Sobre esas posibilidades y las maneras que van hallando para organizarse charlaremos hoy en “Después de la Deriva” donde cada martes apostamos a que tomemos en nuestras manos la decisión de que la vida se aleje de todo sacrificio en nombre de modernidades o potenciales inversiones y sea cada vez más parecida a la que nos merecemos y soñamos comunitariamente.