PROGRAMA #273 20 años de pie

 

Desde hace un tiempo en Después de la Deriva tomamos la decisión de trascender el estudio de radio y la hechura del programa para visitar los territorios de los que tantas veces hemos contado sus historias.
Así llegamos como colectivo a Andalgalá en octubre, donde fuimos parte de la organización del Festival Puentes de Agua; a Mar del Plata en enero, para participar del Atlanticazo; y de Exaltación de la Cruz, donde también le pusimos el cuerpo al armado de un encuentro, siempre haciendo pie en las organizaciones locales, acompañando.
En ese contexto llegamos a Esquel por el aniversario de los 20 años del plebiscito en el que el pueblo dijo no a la mina.
Sabemos, y quienes escuchan el programa también, que el efecto Esquel fue un faro en la lucha socioambiental del país, y de toda Latinoamérica.
Pero solo estando en Esquel se puede entender y sentir lo que es un pueblo entero con una decisión firme: el pueblo manda, el gobierno obedece.
Y el pueblo le dice No a la megaminería en su territorio, pero también es y fue parte de todas las luchas dan en la provincia: la docente, contra la explotación de uranio, de petroleras off shore, contra la usurpación de privados en las naciones de los ríos, contra la criminalización del pueblo mapuche y un sinfin de resistencias.
Estos días en Esquel fueron de fiesta, pero también de encuentro y enlace de todas esas resistencias. Porque el enemigo es enorme, pero nosotras, nosotros, somos capaces de organizarnos no sólo para frenar o revertir los avances del extractivismo, sino para comenzar a hacer y pensar otro mundo en el que queremos vivir.
Vaya en esta deriva un pequeño registro de algunas de esas voces que sonaron en Esquel y que desde sus territorios luchan y construyen un presente y un futuro donde quepan muchos mundos.

PROGRAMA #272 Victimas de la represión estatal, del extractivismo y del entramado económico

 

El informe anual que Correpi presentó el viernes último en Plaza de Mayo dio cuenta que 436 personas fueron asesinadas por el aparato represivo estatal en Argentina durante 2022, con lo que la cuenta de víctimas fatales de la institucionalidad democrática a cuatro décadas de continuidad del régimen, evela la cifra a 8.701 personas.

Esta nómina, dolorosa y popular a la vez, pone en cuestión los fundamentos de un sistema que no solamente no cumplió con esperanzadores enunciados (“con la democracia se come, se cura y se educa”) sino que pone de manifiesto que con la democracia continúa vigente el entramado criminal de la represión para sostener las bases de un modelo de saqueo con cada vez mayores índices de pobreza y desigualdad.

Para visitar esos números y el contexto en el que se expresan, dialogamos con la abogada María del Carmen Verdú, referente de Correpi y especialista en asuntos de derechos humanos y seguridad con perspectiva popular.

La valiosa y valiente labor de Verdú y sus compañeros y compañeras acerca a toda la población unos guarismos escalofriantes sobre 40 años de gobiernos democráticos en los que apenas una cuarta parte correspondieron a administraciones no peronistas. A pesar de este dato también concreto, ella hace un llamamiento a “no al terror amarillo otra vez” en relación a una posible victoria cambiemita en las elecciones de octubre venidero.

Compartiendo con ella la lógica determinación de “no votar victimarios”, en Después de la Deriva creemos que –también en este caso- acotar el problema al gestor o gestora de turno nos pone a bailar una música que no debiera ser la nuestra.

Por eso nos preguntamos, tanto a la hora de tomar nota de la represión estatal, el extractivismo o el entramado económico ¿hasta cuándo deberemos seguir apostando al mal menor? ¿es una alternativa acumular únicamente para que pierda la más malévola de las opciones?

Con nuestro credo 2001 gritando desde entonces “que se vayan todes”, seguimos haciendo nuestra apuesta por una construcción que abajo y a la izquierda tome los problemas en sus manos sin intermediarios ni profesionales de la política.

PROGRAMA #270 Paren de fumigarnos, basta de represión, basta de extractivismos

 

El 11 de enero pasado tres integrantes del colectivo de vecinas y vecinos Exaltación Salud fueron detenides por la policía al intentar desplegar una bandera que decía Basta de Cáncer / Paren de Fumigarnos durante el acto de inauguración de un Hospital Modular en Los Cardales en el que se encontraba el presidente Alberto Fernández.
También se detuvo a un periodista de FM Los Cardales y, si bien se les permitió retirarse después de cuatro horas, a les cuatro les abrieron una causa por resistencia a la autoridad.
El caso de Exaltación es uno más de criminalización de la protesta social, es uno más de las cientas de personas que luchan por causas socioamientales que son reprimidas, encarceladas y procesadas.
Es uno más de los que permiten comprender el entramado entre Estado al servicio de los interesas privados y en contra del pueblo, su salud, su vida; pero también entre el sistema productivo y la represión, el hambre, la enfermedades, y un sifin de etcétera.
Por abajo, Exaltación es un caso más de unidad de luchas, de colectivos que se entrelazan para tener más fuerzas, resistir juntes y pensar juntes otros modos otros de vivir.
De eso se trata el festival de los Pueblos que se hará este sábado a partir de las 15 en la Plaza Mitre de Los Cardales.
Y en ese tejer colectivo cantará en el Festival Jeremías Chauque, hijo de Ruben Patagonia, un artista y compañero quien además de poner su música al servicio de las causas justas, durante el primer bloque nos cuenta de la construcción de Desvío a la Raíz, un colectivo dedicado a la agricultura ancestral, porque, dice, la palabra “agroecológica” nos la han robado.
Asi Jeremías es compañero más de los que resiste al tiempo que construye.
Y Después de la Deriva es un colectivo más de comunicación que trata de hacer visibles estas luchas de las y los cualquiera que en sus diferentes modos están abocados a la enorme tarea de destruir este sistema de muerte y pensar/hacer ese otro mundo en el que queremos vivir.