PROGRAMA #238 El rol de la ciencia: al servicio de los pueblos en un mundo al servicio del capital

La designación del miembro de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Manuel García Solá como integrante del Directorio de Conicet por parte del Gobierno fue el disparador por el cual  Armando Cassinera, Guillermo Folguera y Darío Aranda escribieron un artículo en la Agencia Tierra Viva en el que se realizaban una traza histórica del vínculo entre ciencia, Estado y privados.

Un vínculo que se profundiza cada vez más y que desde arriba se presenta como necesario para generar un círculo virtuoso que permita valor agregado para exportar e ingresar dólares, los cuales redundarían en beneficios para la población. Sin embargo, y por dar sólo un ejemplo, las consecuencias del modelo agroindustrial -que requiere grandes aportes científicos- han llevado a la devastación de los territorios, incluyendo en éstos no sólo aire, agua y suelo, sino también la prevalencia de enfermedades inéditas en la población.

Si es que ese círculo virtuoso se produjera, dónde llegarían esos dólares? a qué territorios? llegarían para remediar el daño que se hizo? proponemos zonas de sacrificio? En esta noche en después de la deriva, retomamos el espíritu del artículo y junto a dos de los autores y al médico Damián Verzeñassi tratamos de pensar el rol del sistema científico tecnológico en la lógica de la reproducción del capital y la resistencia de quienes piensan sus tareas como investigadoras e investigadores en función del bien real de las comunidades y la humanidad, sin estar medidados por la exigencia de divisas.

Nos preguntamos también si esta lógica responde sólo a la asociación con empresas privadas o si el Estado en sí no es un exponente de este pensamiento, o dicho de otro modo, si hay una manera de pensarl.  el rol de la ciencia al servicio de los pueblos en un mundo que está más bien al servicio del capital. Dispuestas y dispuestos a abrir estas preguntas, vaya esta Deriva buscando instalar, una vez más, la pregunta acerca del cómo queremos vivir.

PROGRAMA #237: La Comuna de París como inspiración

La Comuna de París, a más de 150 años de su irrupción y pese a haberse sostenido por apenas 72 días, sigue aportando elementos que interpelan al presente y convidan a trazar paralelismos posibles para echar a rodar nuevamente la imaginación política.

En este caso y junto a Néstor López del colectivo Comunizar y de su impulso por editar en el país el libro “Elisabeth Dmitrieff Comunera, aristócrata e incendiaria”, de la historiadora y periodista Sylvie Braibant, vuelve a ponerse el foco –por medio de una joven mujer rusa y excepcional- el rol de las mujeres en aquella epopeya.

Conocer las vivencias de The Russian Lady, como la llamaba Carlos Marx, una revolucionaria borrada de la historia en Rusia e ignorada también en Francia, agita no solamente el papel de las comuneras en la gesta parisina sino que pone de manifiesto esa construcción donde la colectividad tuvo más peso y protagonismo que liderazgos personales y vanguardias.

Pero, además, el camino de Dmitrieff y su claridad acerca del papel de las comunas en la construcción de un nuevo tiempo político, allanan un puente posible para acercar esa aparente lejanía con formas de organización que desde las asambleas combaten, por ejemplo, los extractivismos.

Trataremos esta noche de ver si otras revueltas iniciadas abajo y a la izquierda también dialogaron con aquel legado y por qué es importante que la experiencia de 1871 en la capital francesa pueda debatir en su esencia con los modelos populares horizontales y a distancia del Estado que brotan como resistencia, como alternativa, como posibilidad.

En momentos donde la ficción y la realidad que florecen en las pantallas audiovisuales viajan en el tiempo y entrecruzan vivencias y situaciones para distraernos bajo el formato del entretenimiento, en Después de la Deriva proponemos otro tipo de travesía.

Con maletas cargadas de aprendizajes y sueños seguimos caminando –parece que siempre al paso del más lento- en pos de ese mundo emancipado donde la igualdad como principio nos reúna para presumir que estamos forjando un nuevo y mejor amanecer.

PROGRAMA #236: Territorios que arden

Del Chaco a Salta, de la destrucción a la decisión de hacer, siempre por la tierra, esta noche pondremos en comunicación dos asuntos que aunque parecen disociados hablan la misma lengua del presente capaz de mostrar la violencia del modelo extractivo y la potencia de los emprendimientos colectivos que construyen y forjan.

Primero Guillermo Folguera visita, de la mano de la antropóloga e investigadora del Conicet Malena Castilla y de Ricardo “Dardo” Tiddi, de la organización Somos Monte Chaco, las políticas de saqueo que se habilitan en esa provincia sin tomar nota o asumiendo desde la desidia, el impacto socioambiental de las medidas gubernamentales.

Esta decisión en un contexto de pobreza y de emergencia ambiental con la sucesión de incendios que se desatan de la mano del desmonte, dan cuenta del perfil de la gestión de Jorge Capitanich, una de las figuras prominentes de la coalición nacional que gobierna el país.

En tiempos donde se atribuye el avance de la denominada derecha partidaria al discurso mediático que empuja a la sociedad hacia posiciones más reaccionarias, se torna imposible desligar a las políticas del peronismo en los poderes nacionales y provinciales de esa caracterización retrógrada.

Apreciando con distancia esas piruetas discursivas que desde el Estado pretenden maquillar su responsabilidad en el desastre, en Después de la Deriva elegimos como respuesta poner el foco en las experiencias compañeras que muestran los ribetes de una posibilidad latente.

Y otra vez de la mano de Vanda Ianowski y de su recorrida por espacios que proponen otras formas de sostenerse y proyectarse, llegamos hasta la cooperativa vitivinícola salteña Trassoles.

Conocer a esta reunión de pequeños productores de uva en Cafayate que, según sus propias palabras, produce “de forma natural y sustentable, como lo hacían nuestros abuelos, cuidando la tierra y su gente”, revelamos una réplica, una toma de posición y, también, un modelo alternativo.

Vaya este nuevo documento sonoro surcado por voces involucradas y concientes para volver a poner en superficie que por debajo de las actuaciones estelares del elenco oficial, la verdadera y decisiva grieta que recorre nuestras sociedades es el lugar desde donde queremos vivir: si en el espiral de consumo y destrucción del capitalismo o enlazando saberes y resistencias que alumbren el mañana sin zonas de sacrificio ni personas sacrificadas en nombre del desarrollo.

PROGRAMA #235: Experiencias comunitarias donde buscar (nos)

Puede decirse que la política se despliega en diversas dimensiones y aún dejando de lado aquella que denominamos “de arriba” y que consiste en la mera administración del capital con resultados cada vez más catastróficos para los pueblos; la que nos interesa, nos conmueve y nos convida al intento, no tiene una dirección unívoca, un campo exclusivo.

Entonces y porque pensar es un hacer, apostamos a las ideas emancipadoras que despejan nuevos horizontes y construyen mundos teóricos que impulsan a la acción, pero –claro- además nos interpelan las experiencias vitales y comunitarias que florecen en distintos territorios para procurar darle un sentido integral y coherente a la existencia.

La posibilidad de conocer y conectar con estas comunidades organizadas no es sencilla, pero gracias a la compañera Vanda Ianowsky quien anduvo de recorrida documental y de estudio por diversas regiones, en Después de la Deriva pudimos escuchar las voces de quienes sostienen Pueblo Mampa, Kilampá y la Red Puna.

Esta noche y con Vanda en los estudios de La Tribu, no solamente nos anoticiaremos de la historia de la cooperativa jujeña de agricultura y producción Cauqueva, consolidada como tal hace más de 25 años pero con un largo e intrincado camino común anterior, sino que convidaremos a analizar estas prácticas que ella reconoció visitando y compartiendo.

Pese a la amenaza y la duda que genera la avanzada imperial sobre territorios y cuerpos que no deja un afuera en donde refugiarse, sostenerse y generar, creemos que saber que hay otros modos de hacer las cosas puede abrir posibilidades y conocer sus dificultades y limitaciones es también un ejercicio que, a partir de entrar en un diálogo abierto, regala enseñanzas, alertas, empeños, nuevas maneras de recrear lo colectivo.

Mostrar lo que asoma, asimilar lo común como algo natural y por tanto perfectamente posible y practicar lo igualitario son pequeños grandes gestos que intervienen las vidas de las muchas personas que los hacen y que tratamos de echar a rodar con la inquietud de que esos retos nos empapen, nos modifiquen, nos coloquen en el camino donde las mejores tradiciones se hermanan con los saberes nuevos y alumbran lo que necesitamos hacer que ocurra.