PROGRAMA #143 ¿Qué sigue cuando se (nos) dice que todo se ha detenido?

Qué sigue cuando se (nos) dice que todo se ha detenido. Qué sigue como antes, qué se intensificó, qué se resignificó.

Hacer una lista exhaustiva carece de sentido, inevitablemente la mirada se deposita más en algunos asuntos más que en otros.

Los negocios de las grandes multinacionales encuentran la reproducción de siempre, farmacéuticas, empresas biotecnológicas, mineras, financieras, grandes inmobiliarias. Siempre siguen, aunque han llevado al paroxismo aquello de que cada crisis es una oportunidad, su oportunidad.

Las instituciones represivas que ocupan hoy los espacios públicos entre permisos y felicitaciones, continúan sus prácticas, con frases acerca del cuidado a aquellas que nunca tuvieron al cuidado como objetivo.

Las diferentes formas de contaminación de los modos de vivir, respirar y comer, señaladas como uno de los causales de la expansión acelerada de la pandemia, no han encontrado pausas en este contexto. Por el contrario lo único que hacen es el ofrecimiento cotidiano de que el barbijo se haga bozal.

Y también los femicidios han permanecido, inalterables y acaso como modos de mostrar su carácter más pesadillesco: quedate en casa, que ahí vas a estar bien.

Pero la normalidad anormal no sólo es la que continúa. El escenario global, regional y local ha puesto más que nunca en relieve lo necesario de aquello necesario: modos de organizarse para que la comida, la salud, el agua no sean sólo banderas sino prácticas fundamentales de nuestro vivir. Cómo detener lo que sostiene al ciclo vital

En este programa de Después de la Deriva tampoco nos detenemos y nos preguntamos qué es lo que sigue y bajo que formas sigue. Va entonces este episodio número 143 como modo de pensar, sentir, explorar los latidos que no conocen de pausas.

PROGRAMA #142 «El ciclo de reproducción capitalista se ha roto» una charla con Bifo Berardi

La pandemia impuso un freno abrupto no solamente a lo que entendíamos por normalidad sino a la monstruosa y demencial maquinaria del capital.

En esa zona detenida donde la crisis de un sistema paralizado amenaza la supervivencia de buena parte de quienes damos vueltas febriles en esa rueda sin fin, aparecen también las primeras señas acerca de cómo sería todo si abandonáramos esa carrera sin rumbo más allá o más acá del virus del momento.

Modernidad y capitalismo como pareja carente de toda lógica humana parecen estar en el ojo de un cuestionamiento que nos pasa por el cuerpo, que nos salpica con sus aguas servidas, que resquebraja los suelos saqueados, que asfixia con su aire contaminado, que envenena tanto con las industrias como con la comida plagada de químicos y es cuando un enorme interrogante golpea y golpea preguntándose ¿Por qué? ¿Para qué?

De repente, entonces, aquellos cuestionamientos autonomistas al trabajo y su lógica, a la productividad en beneficio de quién, al consumo como placer fugaz y acumulador de pura cáscara vacía, no son ya los delirios de minorías radicales sino una realidad capaz de interpelar a quien fue bajado del engranaje detenido.

La vida, aún en cuarentena obligada y supuestamente sanitaria, regala por estas horas la chance de habilitar la inquietud, de abordar lo que hasta ayer nomás era lo dolorosamente cierto y dado, de reponer un sentido realmente común y no aquel regido por los mandatos del mercado y las finanzas.

Claro que esa posibilidad no es un paraíso ancho y fértil ni el único camino posible de salida de la crisis sino que las formas llamadas tecno-totalitarias a la usanza China son parte de una amenaza capaz hasta de hacernos extrañar aquello que malsanamente considerábamos normal.

Son esas tensiones y el deseo de agrietar ese armazón desalmado las que nos llevaron hasta el filósofo y escritor italiano Franco “Bifo” Berardi con quien dialogamos entre Bolonia y Buenos Aires amasando una lengua de la igualdad y la emancipación.

Es ese idioma compartido que no reconoce cruces, fronteras ni banderas el que nos permitió poner en palabras este futuro que llegó hace rato y que ahora, ataviado con barbijo, nos golpea la puerta.

Esta noche en La Tribu decidimos correr el cerrojo, arrancar el picaporte y dejar que una corriente de ideas nos coloque Después de la Deriva que es donde queremos estar.

 

PROGRAMA #141 ¿Y si el mundo conocido se derrumba podremos construir otros?

El coronavirus es un bicho tan persistente como funcional. Pero así como amenaza con modificar nuestros hábitos para siempre también puede ser la inesperada llave que nos abra una perspectiva que el sistema capitalista mundializado parecía tener clausurado y bajo estricto control.

Esta noche de nuevo a la distancia pero a través de La Tribu trataremos de explorar esos dos universos que prometen entrar en colisión bajo el estigma de la pandemia cuando el poder intenta sostenerse recortando libertades y las personas cualquieras procuran aprovechar el tembladeral para espiar las hendijas que aparecen.

¿Será que esa calesita infernal e infinita que garantizaba la continuidad de la normalidad ya no corre más? ¿Y qué pasa si la rueda de detiene? ¿Y si el mundo conocido se derrumba podremos construir otros?

Esas y otras preguntas que nos aguijonean el alma aislada que quisimos plasmar y sumarles más horizontes se encontraron con otros tantos postulados del filósofo y activista mexicano Gustavo Esteva y se armó la charla.

De la cuarentena al pánico, de la imposición a la rebeldía y de la imaginación a la oportunidad, pasando además por el presente del zapatismo que Esteva tan bien fue dibujando con sus escritos para arrimarnos los fuegos de esa gesta, atraviesan la entrevista que esta noche nos colocan un poco más allá de Después de la Deriva.

PROGRAMA #140 La salud mas acá y mas allá de la pandemia

En esta época de pandemia y medidas de encierro, los diferentes problemas que traían las comunidades han quedado expuestos en carne viva. Indudablemente, unas de las dificultades más claras son aquellas asociadas a la salud.

La forma en que se presenta la salud parece limitarse en estas semanas a la presencia (o no) de un respirador para que la moneda caiga de uno u otro lado de la vida. En esta forma deliberadamente acotada, la salud se presenta apenas como la respuesta de un cuerpo frente a un patógeno. Siempre concebida de manera individual, limitada a lo físico y al corto plazo, ajena a los territorios en lo que se vive y resistente a condiciones de carencias, de encierros, de temores crecientes y de libertades bajo permiso.

En este nuevo programa de Después de la Deriva buscaremos las nociones de salud impuestas sobre nuestras comunidades antes y durante las temporadas de pandemias que se han inaugurado. Pero también y bajo el norte de que impera confrontar lo que pretende ser naturalizado, abordaremos las esperanzas y construcciones de otras formas de salud.

Se trata, en gran medida, de recuperar la salud como política de las diferentes dimensiones que nos constituyen como personas y de las relaciones socioambientales en las que estamos involucrados. Salud como una búsqueda colectiva, imposible de abstraerse de nuestros territorios, acaso una forma de concretar nuestros deseos y voluntades.

PROGRAMA #139 ¿Qué pone al descubierto sobre la educación la pandemia?

¿Qué pone al descubierto sobre la educación la pandemia? ¿Qué cosas pasan en la escuelas más allá de las bajadas de contenidos? ¿puede una situación como esta habilitarnos a pensar la educación desde otro lugar?

Las preguntas nos interpelaron en estos días de aislamiento. Agobiades entre trabajar desde casa y completar las tareas de la escuela de les niñes, cientos de familias se sumaron a una maquinaria de reproducción sin reflexión alentada por bajadas de líneas institucionales en las que el discurso de la continuidad pedagogica se repite como un mantra.

Como si en el aula sólo se dieran contenidos curriculares, como si docentes y alumnes estuvieran familiarizades con el espacio digital, como si cada adulte y cada niñe tuviera una computadora disponible con conexión a internet, como si nada pasara y lo único importante fuera completar los contenidos como si se tratara de una planilla.

Si desde la escuela como institución propone en su formato presencial y ahora extendido a lo digital la formación de ciudadanos obedientes a las reglas y en el mejor de los casos mano de obra para un mercado, es en estas y estos docentes que hacen del aula un espacio de creación colectiva donde nos apoyamos para pensar estas preguntas que nos inquietan como madres y padres, como pobladores de este mundo.

Pero luego de recorrer esta coyuntura de pantallas exigidas tanto de alumnos como de docentes, quienes hacemos Después de la Deriva nos preguntamos también por esos contenidos que se proponen desde las instituciones.

¿Una educación para quien? ¿para qué? Y en medio de un proceso cada vez más homogeneizador buscamos algunas experiencias que, al menos, problematicen una apuesta que en su propio proceso uniforme se aleja de cualquier principio igualador que entregue las herramientas para esa emancipación hacia lo que no dejamos de navegar con los vientos rebeldes y colectivos que nos empujan