En Después de la Deriva abordamos la política y su dificultoso despliegue en el acotado territorio que impone la lógica estatal desde el primer instante que este programa se corporizó para asomar en las noches de martes por La Tribu.
Y ese problema, latente y áspero, excede largamente a la administración de turno y a sus planes que -aunque matizados en sus graduaciones- muestran continuidades que atribuimos sin embagues a dispositivos subjetivos que buscan perpetuar continuidades de fondo capaces de garantizar el pillaje y la explotación inherentes al sistema capitalista.
Esta noche junto a Raúl Cerdeiras y Mariano Pachecho volvemos a visitar un asunto que aspiramos a abordar desde las diversas complejidades que los habitan y no solamente para escuchar diagnósticos que nos tranquilicen y nos den la razón. Porque, además, no estaríamos precisamente gozando del mayor de los predicamentos.
Vayan aquí los esbozos virtuales de un debate que merece más tiempo y más discusión para ciertamente encontrar la manera en que las ideas y las prácticas sean un tumulto virtuoso capaz de arrancarse las representaciones y los límites y trajinen las calles nuevamente agitando el grito de “Que se vayan todos” y nos hagamos cargo de darle forma al mañana.
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