El 1 de enero de 1994 cientos de hombres y mujeres indígenas de distintos pueblos en méxico se levantaron en armas, con sus rostros cubiertos por pasamontañas para, a su decir, ser vistos. Se presentaron como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y, con el correr de los años, esta guerrilla que arrancó aparentemente como otras en Latinoamerica fue virando hacia las bases, alejándose del fuego, y tomando la palabra.

Más de 23 años después su fuerte no son las armas sino el trabajo, sus formas organizativas, sus convicciones anticapitalistas plasmadas en su hacer, aun con sus dificultades, límites y errores.

Horizontalidad, anticapitalismo; creatividad, autonomía, autogestión; burlar lo políticamente correcto y esperable, democracia directa y asamblearia, son algunas de las búsquedas hacen del zapatismo movimiento hermano, con quien asociarse en objetivos y posibilidades, aún desde la humildad de cualquier pequeño grupo disperso en algún lugar del mapa.

En los últimos meses el zapatismo, como parte del Congreso Nacional Indígena, ha sido nuevamente noticia por su anuncio de presentarse a elecciones presidenciales en México con una candidata indígena, tras un largo proceso de debate interno.

Aunque en Después de la Deriva no necesitamos que los temas estén en agenda, nos pareció un buen momento para hablar sobre este movimiento, que muchos consideran la última invención política de estas latitudes, para acercarnos a pensar ¿Qué hay en el zapatismo que trasciende su propia existencia?

¿Qué fue lo que los diferenció y diferencia de otros movimientos? ¿Cómo organizan su vida, su producción, su educación? ¿Cuál es la importancia de la construcción social, en las comunidades, de sus formas de gobierno? ¿Es posible pensar esa relación en términos de «distancia del estado»?

Y, fundamentalmente, ¿Cuáles son los problemas que ellos vislumbran para haber llegado a presentar una candidata a las próximas elecciones?

Pero, por aquí, por nuestros territorios y prácticas, también queremos interpelarnos, ¿Cómo nos está yendo en eso de mandar obedeciendo, o en eso de no destruir la naturaleza, o en el enlace de nuestras rebeldías, o en tantas propuestas afines, cuando la estrategia es esa distancia del estado?

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