El trabajo nos atraviesa, es una experiencia cotidiana que nos interpela de forma más o menos violenta cada día, y aún así, o quizás por eso, pensar en el trabajo y, en su relación con la autonomía, implica un esfuerzo quizás inesperado. La sola pregunta acerca de qué es el trabajo, pregunta que pareciera responderse de forma evidente, abre múltiples miradas. Y avanzando un poco más, aún si tener aserciones suficientes, cabe preguntarnos: ¿Qué relación puede tener el trabajo con la autonomía? ¿Qué puede decir la política al respecto? ¿Es el trabajo un asunto puramente económico o implica además otra clase de asuntos?

Pensar el trabajo implica pensar el capitalismo, pensar la alienación, pensar la producción económica y también su distribución, pensar el empleo, el desempleo, el trabajo sin patrón, la organización de los trabajadores y la organización del trabajo mismo, en fin, una miríada de asuntos que, como ustedes habrán anticipado, no serán resueltas hoy aquí.

Quizás sólo tengamos la suerte de interpelar las miradas y experiencias propias intentando tomar de ellas algún trazo común que las ligue con otras y comenzar, poco a poco, a recorrer el largo camino de pensar juntos.

Somos cualquiera. Cualquiera piensa, cualquiera entiende, cualquiera habla. Y cualquiera trabaja. Lo que intentamos aquí no es autorizar la palabra con las credenciales del saber instituido, sino hacerla circular para que pueda resonar en cualquiera.

Por todo esto, este programa es para nosotros un desafío apasionante al que convidamos. Quién sabe, con la complicidad de la noche, logremos avanzar en una aventura imprescindible que es la de pensar sin partir de prejuicios e indagarnos acerca de cómo nuestras experiencias, tan pequeñas, tan cotidianas, pueden alcanzar una dimensión colectiva capaz de trascender nuestras individualidades, cómo lo cotidiano puede ser resignificado si lo miramos en detalle, si nos disponemos tan sólo a suponer que lo habitual puede no ser lo inevitable.

Descargar