25 años atrás y como respuesta a la fiesta privatizadora con la que el menemismo cambió de cuajo el país, desde la provincia de Neuquén y más precisamente en el conglomerado Cutral Có-Plaza Huincul, la ciudadanía halló otra forma de organizarse y resistir para empezar a dar una respuesta a las renovadas formas del saqueo.

Trabajadoras y trabajadores que perdieron sus empleos debido a la privatización de YPF decidieron reunirse para reclamar y exigir en asambleas y cortes de ruta y así alumbraron una manera de luchar que la lengua popular denominó piqueteros.

Por fuera de toda estructura organizativa conocida, asumiendo su identidad marginada de sin-empleo que de todos modos se asume como clase trabajadora, allí en el sur nació una modalidad de reconocerse y pelear que desde entonces tiñó la política argentina.

El reguero de miseria de la gestión menemista encontró a partir de aquella pueblada un ejemplo posible para reunir fuerza y expresar broncas y demandas y el movimiento piquetero –con sus muy diversas particularidades- devino en actor protagónico de unos años que tuvieron su expresión cúlmine en diciembre de 2001.

Para visitar y reponer aquella memoria esta noche acercamos a La Tribu al compañero Vasco Rene Irurzun militante y participe de aquella pueblada historica y tambien a Andrea Andújar y  Neka Jara, dos militantes (una como historiadora, la otra como integrante de distintas colectivas autónomas desde entonces) que suman saberes y experiencias a la gesta de abajo que se erige como referencia posible.

De la evocación a la crítica sobre el presente, con ambas visitaremos aquella historia fundacional que por su propio carácter plebeyo no sembró funcionarios ni candidatas pero sí una huella profunda para transitar los modos de hacer temblar al sistema.

A un cuarto de siglo de aquella epopeya y en tiempos donde la inmensa mayoría de un pobretariado que continúa creciendo al calor de las mieles del capitalismo se agrupa en organizaciones verticales asimiladas a la lógica del poder burgués, en Después de la Deriva queremos recoger esa herencia para ayudar a inventar nuevas y mejores comunidades que seamos capaces de afirmar la igualdad como principio.

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